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Urgente «Cuando llegué abajo y vi las llamas, se me vino el mundo encima»
Vista del patio interior del cuartel.
El Supremo confirma 71 años de prisión para el etarra condenado por el atentado de Buenavista

El Supremo confirma 71 años de prisión para el etarra condenado por el atentado de Buenavista

El tribunal considera probado que Eneko Gogeaskoetxea colocó en 1997 dos artefactos explosivos ante la comisaría de la Policía

I. R.

Viernes, 31 de julio 2015, 00:32

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El Tribunal Supremo confirmó ayer la condena de 71 años para Eneko Gogeaskoetxea Arronategui, el procesado por colocar dos artefactos explosivos en las inmediaciones de la comisaría de la Policía Nacional de Buenavista en 1997, según informó Europa Press. El acusado del atentado que dejó dos personas lesionadas y desperfectos en varios juicios fue juzgado por la Audiencia Nacional en diciembre del pasado año. Negó su participación en los hechos y su pertenencia a la banda terrorista ETA.

La Audiencia Nacional le condenó a 71 años de prisión, la petición realizada por la Fiscalía tras la instrucción del caso. Ahora el alto tribunal ratifica la condena. El Supremo considera probado que el etarra, que se encuentra en prisión provisional por esta causa desde julio de 2012, colocó, junto a otro miembro del comando 'Katu' ya condenado por estos hechos, las bombas que la mañana del 21 de julio de 1997 despertaron la alarma en la ciudad.

El hombre está acusado de lanzar dos artefactos desde dos lanzadores de granadas colocados en las inmediaciones del cuartel de Buenavista. Los artefactos fueron a parar a un patio de luces de un edificio de la avenida de Buenavista y al tejado de un inmueble de la avenida de Galicia. Dejaron a una mujer con una lesión auditiva por la cercana explosión de uno de los artefactos y a otra persona con un corte por los cristales rotos que cayeron a las aceras a causa de la onda expansiva. Pero además habían dejado, según la acusación, un explosivo oculto entre unos arbustos muy cerca de los tubos para lanzar el material. Era una fiambrera, una trampa-bomba, con un kilo de clorato sódico y un temporizador. La alarma estaba fijada a las nueve de la mañana, pero no explotó. El Supremo considera que estaba programada para «causar la muerte a los dos miembros del equipo de desactivación de explosivos que fuera a acercarse a la zona».

El fallo sostiene también que la intención del condenado era «causar la muerte a cuantos funcionarios policiales se encontraran en la comisaría». Además, precisa que «hay prueba de cargo válida y susceptible de valoración» que hacen «plenamente razonable» la interpretación realizada por la Audiencia Nacional. «No se produce vulneración alguna del derecho a la presunción de inocencia», incide.

Gogeaskoetxea fue detenido en julio de 2011 en la localidad inglesa de Cambridge, donde residía desde 2010 junto a su familia utilizando el nombre falso de Cyril Macq. Las autoridades británicas le extraditaron un año después. Fue localizado por la llamada de un ciudadano español que logró identificar al terrorista en un club deportivo. Dio la voz de alarma a la policía británica y a la Guardia Civil. Hasta su detención figuraba en la lista de los terroristas más buscados.

El otro implicado en el atentado, detenido antes, confesó la participación de Gogeaskoetxea en el atentado, aunque luego atribuyó sus palabras a las «torturas y amenazas» en las dependencias de la policía vasca.

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