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Una imagen de la riada causada por la rotura de la nueva traída en Palomar en febrero de este año.
CHC prepara nuevas obras en la traída de aguas tras fallar en su puesta en servicio

CHC prepara nuevas obras en la traída de aguas tras fallar en su puesta en servicio

Inicia expropiaciones para mejorar la aireación de la conducción que ha dado lugar a multitud de roturas

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Sábado, 15 de agosto 2015, 01:59

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La Confederación Hidrográfica del Cantábrico contratará obras de refuerzo de la aireación de la nueva traída de aguas a Oviedo, que, más de dos años después del fin de las obras, sigue sin entrar en servicio por problemas no especificados pero que han dejado un reguero de fallos y roturas. Tantas, como para que, en marzo de 2014, después de 11 incidencias en otros tantos intentos de puesta en servicio, el Ayuntamiento 'devolviese' al organismo de cuenca la nueva traída de agua a Oviedo para que fuesen los técnicos de esta y de la contratista de las obras las que solventasen los problemas.

No han tenido éxito. Casi un año después, en marzo del presente, la contratista de la obra Isolux Ingeniería y Corsan Corviam, bajo la supervisión de los técnicos de la Confederación Hidrográfica, vieron como la conducción volvía a reventar, anegando algunas casas de Palomar. El fallo y otras dificultades han convencido a la entidad del Ministerio de Medio Ambiente de la necesidad de actuar. El pasado 31 de julio, CHC aprobó el proyecto de mejora de la aireación en la conducción. Unas obras que deberán poner fin a los problemas causados por la formación de bolsas de aire durante la puesta en presión de la traída, de casi 8 kilómetros y con tres sifones importantes que salvan otros tantos valles.

Inversión millonaria

La traída incluye la tubería principal, de un metro de diámetro y fundición dúctil, entre la potabilizadora de Cabornio y los nuevos depósitos de El Cristo, y dos auxiliares para el bombeo subálveo del Nalón y la de desagüe de los depósitos hasta el río, de 65 y 40 centímetros de diámetro respectivamente. Su construcción, que sufrió importantes retrasos y obligó a afectar a un centenar de fincas, costó 9 millones de euros y fue encomendada a Isolux Ingeniería y Corsan Corviam hace ya diez años sin que haya sido posible su entrada en servicio.

Los problemas han surgido en la operación de llenado -puesta en carga- de la conducción. Se trata de un trabajo delicado que requiere llevar a la presión óptima de trabajo la tubería a lo largo de sus ocho kilómetros y salvando los tres sifones. Los intentos municipales se encontraron con la aparición de fugas en válvulas y juntas y ocasionales roturas. Los mismos que encontró después CHC. Los técnicos los achacaron a las dificultades para expulsar el aire a medida que se va llenando completo de la conducción para lo que son necesarios más de 6.200 metros cúbicos de agua, un volumen que hay que desechar si se produce un fallo.

Depósitos y embalse

De las tres obras del proyecto de mejora del abastecimiento a la ciudad, solo está en servicio desde el verano pasado la potabilizadora de Cabornio, en la que la CHC invirtió casi 24 millones de euros y que ahora gestiona el Ayuntamiento a través de Aqualia. En realidad, la encomienda de gestión se firmó en marzo de 2013, pero los problemas con la traída limitaron su alcance solo a la planta de tratamiento.

La conducción, al igual que los depósitos de El Cristo, inaugurados sin conexiones con la red en la campaña electoral de 2004 y que costaron más de 11 millones de euros, siguen en manos del organismo de cuenca. El Ayuntamiento tiene, además de quejas por su deterioro tras una década cerrados, dudas sobre la estabilidad del terreno sobre el que se construyeron los reservorios y que, en el pasado, fue un arenero.

Están, salvando una enorme distancia temporal, en la misma situación que el embalse de Los Alfilorios, de cuya gestión se desentiende el municipio pese a los intentos del Ministerio para que asuma sus responsabilidades: forma parte del sistema de abastecimiento en alta de la ciudad Aramo-Quirós y por tanto la gestión debe ser municipal. El Ayuntamiento no dice ni que sí, ni que no, pero lleva décadas evitando firmar cada documento que le remite el ministerio. La presa, construida sobre la cuenca del arroyo Barrea y sufragada por el Estado, sufrió problemas durante su llenado y la aparición de filtraciones en su fondo obligó a hacer importantes inversiones en las décadas de los 80 y 90.

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