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Miguel Bosé, vestido de blanco, presentó ayer la gira 'Amor tour' en el recinto de La Ería.
Bosé, 'Amo' y tecnológico en Oviedo

Bosé, 'Amo' y tecnológico en Oviedo

Vestido de blanco impoluto, el cantante derrochó elegancia y mezcló temas de su último trabajo con canciones de siempre

SUSANA NEIRA

Viernes, 18 de septiembre 2015, 00:32

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Pocos artistas españoles logran mantener fieles a los admiradores de sus primeros tiempos y menos aún reunir a varias generaciones de fans en sus conciertos. En esa exclusiva lista se encuentra Miguel Bosé (Panamá, 1956), aplaudido ayer por más de 3.000 personas en el escenario de la carpa de La Ería. Se presentó como un mesías pasadas las diez de la noche, vestido totalmente de blanco y los ojos puntados, para demostrar su experiencia, su particular y sexy elegancia y su ligero giro hacia el electropop.

Hacía ni más ni menos que ocho San Mateos que no visitaba Oviedo -el último, en 2007, actuó en las pistas de San Lázaro, y presentó principalmente 'Papito'-. Ayer abrió el concierto con 'Amo' y dejó a más de una con la boca abierta. En medio de la canción, animó a los presentes con un «¡vamos!» para después ofrecer sus primeras palabras: «Gracias por estar aquí esta noche». En ese momento se ganó la primera ovación.

Miguel Bosé apareció solo en el escenario, con un importante despliegue vanguardista y tecnológico, propio de los artistas internacionales como él, que tiene el 90% de su mercado en América. Grandes pantallas de led proyectaron videocreaciones y protagonizaron durante un primer momento el show, dando paso luego a su banda.

El espectáculo, pese a la noche templada y la lluvia, se calentó poco a poco. 'Encanto' y 'Libre de amores' fueron algunos de los primeros temas en una noche que se fue animando. Mezcló temas de su último trabajo y aquellos que todo el mundo esperaba. 'Nena', 'Amante bandido' , 'Morena mía' o 'Como un lobo'.

El hijo del torero Luis Miguel Dominguín y la artista italiana Lucía Bosé, cerca de los 60 y acostumbrado a reinventarse para ser el mismo cantante de éxito, lo había prometido y cumplió. «Comienza con un anticoncierto, de una forma totalmente inesperada. El contenido de imagen que hay es muy espectacular. Ha sido fabricada para ilustrar cada canción, hecho a medida», describió el miércoles en una entrevista. Así, bordeando las dos horas de actuación, el público quedó encantando y a la espera que no tarde otros ocho años en regresar a Oviedo.

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