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Fernando Menéndez, socio ininterrumpido del Oviedo desde 1978.
Un descenso que se convierte en documento

Un descenso que se convierte en documento

Fernando Menéndez desempolva un diario escrito tras cada partido del Real Oviedo en la temporada 2003-2004

Idoya Rey

Miércoles, 7 de octubre 2015, 00:13

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Estaba en el campo de fútbol aquel día que unos meses antes parecía imposible. Una especie de electricidad con su generador en el orgullo recorría la grada: nadie iba a quitarles el equipo de su vida. Al llegar a casa, sintió la necesidad de escribir aquello y no dejó de hacerlo durante toda la temporada. Era el año 2003 y su equipo, el Real Oviedo , había intentado sustituirse por «una marca blanca». Y él, Fernando Menéndez, de repente, por primera vez en su vida, escribía un diario.

Esos encuentros tras cada partido acaban de editarse por el sello Malasangre bajo el título 'Víctimas de la espera' y como el fútbol, que liga muchos sentimientos, esta historia no solo va de una pelota. «Yo empecé a escribirlo sin planteármelo. Nunca pensé que aquello iba a publicarse. Yo no había escrito jamás un diario ni he vuelto a hacerlo de momento. Si escribes un diario con la intención de publicarlo es trampa», reflexiona el escritor. Menéndez mostraba sus impresiones cada domingo, pero también todo lo que ocurría alrededor, hablaba de música de la gente que le rodeaba y de muchas cosas que pasaron en esos días.

«Fueron momentos duros. El Real Oviedo intentó ser sustituido y la historia podría haber sido como la de tantos otros clubes que por una mala gestión incluso llegan a desaparecer. Pero es un momento que ha convertido la historia del Real Oviedo en algo singular, porque fue la afición la que sostuvo al equipo», subraya. Menéndez fue atesorando un archivo de noticias que aún conserva y que «haría sonrojar a muchas personas públicas». Porque quien no conozca bien esa historia, puede parecerle que el Real Oviedo tiene suerte con un inversor como Carlos Slim detrás, pero «si en 2003 nos dicen que va a ocurrir esto, las risas hubieran llegado hasta Madrid». Es por eso que 'Víctimas de la espera' hubo de aguardar su momento.

Aunque no era su intención, al terminar la temporada Menéndez pensó en la posibilidad de publicar su diario. «No terminó como todos deseábamos, con un ascenso. Pero noté que a la mayoría de oviedistas no le importaba, porque estábamos y podíamos seguir. Pensé que cuando fuese mejor la cosa podría ser un buen ejercicio de memoria, porque la memoria no es solo un derecho, sino una obligación», razona. Y ahora que ese ascenso a Segunda División ha llegado, tocó el momento de sacar ese diario del cajón. Con la relectura, Menéndez se dio cuenta de que casi tenía más interés ahora; que ese libro que dedica a su abuelo Marcelo y a Gonzalo, que no llegaron para el ascenso, se había convertido en un documento, uno que mezcla sentimientos como el fútbol mismo: «El día que subimos no podía mirar a mi madre porque sino me iba a echar a llorar. El fútbol son vínculos, es identidad». Es la unión entre las víctimas de una larga espera.

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