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G. D. -R.
Viernes, 9 de octubre 2015, 00:15
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En 1999, de una tacada, el Ayuntamiento compró e instaló tres esculturas de Luis A. Sanguino, uno de los escultores españoles más reconocidos internacionalmente, en las calles de la ciudad. La primera, 'Vida', se colocó como «homenaje a la Hermandad de Donantes de Sangres», en la plaza del mismo nombre en Pumarín. Las otras dos, 'Libertad' y 'Paz', han permanecido en la losa de Renfe desde entonces hasta ahora. En realidad, hasta hace dos semanas, cuando la primera sufrió lo que parece un acto vandálico y el expresivo hombre que avanza a la vez que quiebra sus cadenas amaneció tirado en el suelo y con los brazos rotos.
Los servicios municipales detectaron pronto el ataque y procedieron a desmontar la pieza y retirarla hasta uno de los almacenes municipales. La reparación, explicaron fuentes del equipo de gobierno, está pendiente de comprobar las condiciones fijadas en el expediente original del contrato. Es habitual que la reparación requiera la intervención directa del autor, aún en activo y residente en Segovia, y de no ser así al menos su autorización expresa y cierto margen para elegir la fundición en la que deberá hacerse el trabajo de nuevo. Incluso, el control absoluto sobre la misma. También, margen para negociar una solución intermedia que no requiera el tranporte de la pieza a la capital castellana. De momento, la figura tiene los «brazos escayolados», protegidos con una férula.
La escultura atacada dejó un pedestal vacío. La foto del hueco no tardó en llegar a las redes sociales con la pregunta correspondiente. La respuesta: que la 'Libertad' había resultado herida.
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