Siero propone prolongar la línea de Parque Principado a cambio de una compensación

El autobús en Oviedo pierde viajeros: 4 millones de usuarios menos desde 2008, de 16 a poco menos de 12, con un descenso de medio millón solo en 2014. La aprobación, en agosto de ese año, del plan de movilidad no ha invertido la tendencia. Tampoco la integración, en periodo de pruebas, del servicio municipal en el Consorcio de Transportes de Asturias ha dado un giro radical al servicio. Fuentes municipales confirman que los usuarios que hacen transbordo entre líneas -una de las ventajas de la implantación del título de transporte regional- son poco significativos.

Con ese escenario y con decenas de asociaciones de vecinos deseosas de mejorar las conexiones de su barrio o pueblo, el Ayuntamiento se embarcó en un nuevo plan de movilidad o, al menos, en una revisión del que dejó aprobado el anterior equipo de gobierno. Sobre la mesa de la concejala de Infraestructuras, Ana Rivas, se amontonan decenas de peticiones -muchas, las mismas que vio pasar su predecesor, Gerardo Antuña- y todas chocan con el mismo techo presupuestario: hay margen para mejorar el servicio, pero, con el actual contrato con TUA que dejó aprobado Gabino de Lorenzo en 2005 tras anticipar el rescate de la concesión, toda extensión cuesta mucho dinero.

Tanto como para que el interés de Las Regueras porque el autobús urbano de Oviedo llegase hasta su municipio se haya quedado tan solo en eso: «Les pedían muchísimo dinero», señalan las mismas fuentes. El contrato da el control al Ayuntamiento, pero el servicio se paga en función de los kilómetros recorridos en la red. Los más de 10 que separan la capital del Principado del principal núcleo de población del concejo escobero dejan una factura inasumible para el concejo vecino.

Según los últimos datos publicados por el Ayuntamiento, en 2012, el kilómetro recorrido por cada autobús cuesta a las arcas municipales 1,349 euros y la hora de servicio 14,7 euros.

Lo que parece inasumible para Las Regueras y sus 2.000 habitantes está al alcance de Siero y sus casi 52.000. El concejo vecino ha propuesta prolongar la línea H (la antigua 1) que da servicio a Parque Principado, hasta la glorieta del polígono de Granda y pagar una compensación por el aumento de los costes del servicio.

La línea H hace ahora un cambio de sentido en mitad de la carretera N-634 para entrar en la carretera de Viella. Una maniobra peligrosa e incómoda para los viajeros que preocupa a los conductores y al Ayuntamiento por sus riesgos. La propuesta de Siero eliminaría ese problema y daría servicio al polígono industrial de Granda y a los trabajadores de las casi 80 empresas allí radicadas y en activo. Un número potencial de viajeros que compensaría la prolongación del recorrido, al menos en parte, y que dejarían de depender del coche para acceder a sus puestos de trabajo.

El Ayuntamiento ve con buenos ojos la propuesta que llevaría la línea hasta Granda para seguir después por la vía de servicio de la A-64 en dirección de nuevo a Parque Principado. El recorrido será más largo en distancia, pero no mucho más en tiempo de servicio al abandonar la bacheada y estrecha carretera de Viella por viales en mejores condiciones de firme y seguridad. El aumento de los costes se compensaría con el de viajeros y lo que aporte Siero.

Es de los pocos cambios en estudio que no afectarían al problema principal: los costes. Fuentes del equipo de gobierno, califican el contrato del servicio, en vigor hasta 2029, directamente de «trampa». En 2004, Gabino de Lorenzo anunció que rescataría de forma anticipada la concesión del servicio de Transporte al que quedaban dos años. Pero el Ayuntamiento no indemnizó a TUA por los que restaba de la concesión. Incluyó en los pliegos la obligación para los nuevos contratistas de pagar a la empresa del Grupo Alsa por el rescate. Con esos mimbres, solo TUA presentó oferta.

El nuevo contrato establece que el Ayuntamiento pagaría a la empresa en función de los kilómetros recorridos y las horas de servicio. Un año después, los efectos de tal decisión ya se sentían. Pese a una subida del billete que redujo la subvención municipal a poco más de un céntimo por título, el coste del nuevo contrato del transporte público se multiplicó por tres, de 841.000 euros, en 2004, a 2,7 millones, al año siguiente.

Entre 2005 y 2010, los costes se dispararon. El kilómetro recorrido y la hora de servicio cuestan ahora un 35% más que entonces. La fórmula ha acabado por multiplicar los costes hasta los 10,6 millones de 2009 o los 8 millones casi fijos de los últimos años.

«Es un contrato pensado para líneas cortas y con gran número de viajeros», explica un técnico. Justo lo contrario de las demandas que se acumulan en el Ayuntamiento. Quienes reclaman el servicio porque no lo tienen o porque les parece insuficiente, son en muchos casos asociaciones de vecinos de la zona rural o de la periferia de la ciudad. Llevar el autobús hasta allí para recoger cada día unos pocos centenares de vecinos es ruinoso.

Las líneas 6 y 16, implantadas justo antes de las elecciones de 2007 para dar servicio a la falda del Naranco, fueron refundidas con el plan de movilidad en la nueva línea O, que no convence a los vecinos. Solo esos dos recorridos suponían el 4,6% de los costes del servicio, pero movían tan solo a 4 de cada mil viajeros, al mes unos 6.000 entre las dos, frente a los 16.000 que mueve al día el recorrido con cabecera en Lugones y las facultades. Cada viajero en fin de semana, costaba a las arcas municipales hasta los 16 euros. Con esos números, el PP propuso un servicio de taxi a demanda que los vecinos rechazaron.

Nuevos costes

«La solución no es fácil», admite el equipo de gobierno. Y aún más desde lo que, califican, como «jugarreta» de Alsa. El nuevo convenio del transporte por carretera ha convertido las dietas que perciben los trabajadores (alrededor de 128 euros al mes en el caso de los conductores de TUA) en un plus salarial, lo que obligará a incluirlo en los costes del contrato. El servicio costará medio millón de euros más al Ayuntamiento a cambio de nada, lo que reduce el margen para introducir mejoras o hacer cambios y bonificaciones en las tarifas para desempleados o menores, como anunció el alcalde, Wenceslao López. El regidor anunció su intención de darle una vuelta a los recorridos y también a las tarifas. Wenceslao López mantuvo encuentros con responsables de la empresa y la plantilla de TUA, que le trasladaron los puntos más conflictivos. Los trabajadores enumeraron los problemas que acarrea el plan (de funcionalidad, horario, frecuencias y recorridos de las líneas), su preocupación por las condiciones de trabajo o los «incumplimientos del contrato». También con vecinos. Todo será medio millón de euros más difícil ahora.