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El alcalde, Wenceslao López, del PSOE.
«Hacer un 'Calatrava' era bueno para Gabino y los intereses particulares, no para la gente»

«Hacer un 'Calatrava' era bueno para Gabino y los intereses particulares, no para la gente»

alcalde de Oviedo

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Domingo, 29 de mayo 2016, 00:30

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Hace ahora un año, Wenceslao López no era el alcalde. Era el candidato socialista con peores resultados electorales. También, justo es, el que había moderado el retroceso general del partido y uno de los tres pilares que podían acabar con 24 años de gobiernos del PP al investir a una alcaldesa, Ana Taboada. La FSA le frenó en seco. La víspera del Pleno, el presidente autonómico y secretario general del PSOE, Javier Fernández, anunció que «en Gijón se ha decidido el gobierno de las dos ciudades». La marca de Podemos en la villa de Jovellanos, Xixón Sí Puede, rechazó apoyar al candidato socialista a la Alcaldía. «Indignado», Fernández convocó al comité autonómico del partido en La Gruta con el único propósito de impedir que los cinco concejales de Oviedo apoyasen a Taboada. Wenceslao López acudió dispuesto a defender sus razones. No se sabe si alguien le escuchó. Solo que, por 159 votos a 15, el comité ordenó a López que se presentase como candidato. Al día siguiente, la «generosidad» de Somos, le convirtió en alcalde. ¿Era imposible? «Desde chaval, tengo una forma de hacer las cosas, de luchar por lo que parece imposible», dice casi un año después. Aquel acuerdo de gobierno que llevó debajo del brazo y defendió en La Gruta «es el mismo que estamos tratando de desarrollar».

Fácil no está siendo. «Hay una crisis global, un escenario muy difícil», se arranca el alcalde antes de entrar en lo local. La llegada del tripartito, dice, «ha supuesto el fin de una era de 24 años de gobierno del PP, eso crea una estructura municipal totalmente acorde con quien ha gobernado». «Muchos trabajadores municipales solo han conocido una forma de gobernar y eso crea unos hábitos, una forma de hacer las cosas y unas inercias importantes». «Si a eso le unes que somos un gobierno de tres grupos políticos -un factor que adereza, que le da picante, a la situación-, que ninguno de ellos estaba acostumbrado a gobernar en coalición y que compiten en parte por el mismo electorado», añade a la lista de dificultades el regidor. «Cuando estás gobernando con tres grupos diferentes, es inevitable que habrá asuntos en los que haya diferentes opiniones» asume. Pese a ello destaca que «la apariencia» de división es mucho mayor que la que de verdad existe: «Este gobierno lo aprueba casi todo por unanimidad», recalca, aunque ello requiera «un esfuerzo de diálogo, de trabajo y comprensión». «Y si a todo eso, añades un Ayuntamiento derruido por 24 años de gobierno de la derecha» en el que hay «menos de 300 trabajadores para la gestión, es imposible alcanzar a un ritmo normal de navegación». La casa «necesita una reconstrucción integral».

Como una losa pesan los muchos pufos heredados en vía judicial, que «están en veremos». Van 30 millones de euros de la expropiación de Villa Magdalena y faltan 'los palacios', Loma del Canto o Rodríguez Cabezas: «Nos toca gestionar el caos y debemos hacerlo con rigor, sensatez y claridad».

En medio de un año «complicado», con muchos frentes, Wenceslao López insiste en que días buenos ha tenido muchos. «Lo bueno se construye con pequeñas cosas, porque las pequeñas cosas son para la gente grandes cosas; aquí a veces se piensa que el momento bueno para un alcalde es hacer un 'Calatrava', hacer 'un Asturcón', pero ese no es el momento de la gente, era el momento de Gabino, de los intereses particulares». «Lo bueno es lo contrario, solucionar problemas de la gente y más en esta situación en la que tanta gente tiene tantas necesidades».

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