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El lugar donde ocurrió el crimen en la calle General Zubillaga.
Abogadas por la Igualdad pide la agravante de género en   el crimen de Isabel Márquez

Abogadas por la Igualdad pide la agravante de género en el crimen de Isabel Márquez

Es la primera vez en Asturias que se aplica la nueva medida para gravar aquellos delitos que se comenten por razón de género

IDOYA REY

Lunes, 27 de junio 2016, 02:15

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La última reforma del Código Penal incluye una agravante sobre el que aún no existe jurisprudencia. No hay sentencias que los abogados puedan usar, pero eso no impide que Abogadas por la Igualdad reclame esa medida y comiencen así a crearse precedentes. En Asturias, por primera vez se ha recurrido a esa novedad, esa agravante de género, en el crimen de Isabel Márquez Uría, la mujer que el pasado noviembre fue asesinada por su pareja en su vivienda de la calle General Zubillaga.

Las letradas de Abogadas por la Igualdad sostienen que no es lo mismo matar a alguien que matar a una mujer por violencia de género, algo que creen debe estar gravado. La ley contra la Violencia de Género reconoce unas medidas, pero en los casos de homicidio, asesinato, coacciones o amenazas, entre otros, no se agrava la pena por razón de violencia de género. Al menos no se hacía hasta ahora.

«Es algo novedoso y hay que empezar a aplicarlo. No obstante, en el proceso hay que demostrar que existía esa desigualdad en la relación y eso no es nada sencillo», explica María Jesús Martín, miembro de Abogadas por la Igualdad. En todos aquellos supuestos recogidos en la ley contra la Violencia de Género, este supuesto no necesita ser demostrado, como ha sentenciado el Tribunal Supremo, y lo de ideal para el colectivo sería que tampoco debería tener que probarse en casos como este.

Existen varias resoluciones en las que el Parlamento europeo pide un marco jurídico específico para erradicar la violencia machista, habla de feminicidios con penas de por sí agravadas por esa razón de género. Pero España no lo ha hecho.

El último crimen machista

Abogadas por la Igualdad considera que en el crimen de María Isabel Márquez se da la circunstancia de esa agravante de género, además del parentesco porque eran pareja: «Decidimos incluirlo y, gratamente, tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular también lo pidieron cuando se le trasladó la imputación al reo».

Fue el pasado marzo cuando Jorge P. V., el detenido por el crimen, acudió a una comparecencia donde le informaron formalmente de las imputaciones que se le atribuyen hasta el momento, a falta de que concluya la investigación aún en marcha. El trámite es un requerimiento de la ley del jurado, sin perjuicio de que haya modificaciones ulteriores, y tanto Abogadas por la Igualdad como el Ministerio Fiscal le atribuyen un delito de asesinato con esas agravantes de parentesco y de un crimen de género.

El asesinato se produjo entre las dos y media y las tres de la tarde del 5 de noviembre. En ese momento Jorge P. V., de 51 años y natural de Barcelona, decidió acabar con la vida de su pareja, de María Isabel Márquez Uría, de 65 años, según el relato conocido hasta el momento, el del Ministerio Público.

El hombre llamó a María Isabel para que se acercara a ver una inexistente fuga de agua en el dormitorio. Era una treta. Cuando la mujer se agachó para comprobar lo que le decía su pareja, el acusado «sin mediar palabra cogió una mancuerna de 30 centímetros que guardaba bajo la cama y la golpeó causándole la muerte». La mató y luego decidió que se suicidaría, aunque, según dijo en su declaración, lo pensó mejor y consideró que «lo más justo para su pareja era pagar por lo que había hecho».

Desde que se produjera el crimen y hasta que la Policía Nacional lo arrestó en Gijón, el hombre acudió varias veces al domicilio donde estaba el cuerpo, en el número 7 de la céntrica calle General Zubillaga, e incluso durmió allí. Escribió cuatro notas que dejó en el domicilio y en un buzón de una oficina del edificio en la que narraba lo sucedido. Una empleada se encontró con el manuscrito y unas llaves y avisó inmediatamente a la Policía Nacional, que descubrió el cuerpo cuatro días más tarde de su muerte. El acusado se dirigió a la comisaría esa misma mañana. Desde entonces permanece ingresado en la prisión de Villabona.

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