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Un autobús del servicio municipal de Transporte recoge a un grupo de viajeros en las paradas del HUCA.
La urbanización del HUCA sigue inacabada dos años después de su puesta en servicio

La urbanización del HUCA sigue inacabada dos años después de su puesta en servicio

El Ayuntamiento reconoce que carece de licencia y que las obras están sin recibir pero pese a ello los viales están abiertos

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Jueves, 18 de agosto 2016, 01:22

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El ya no tan nuevo Hospital Universitario Central de Asturias se puso en servicio con un macrotraslado desde El Cristo ejecutado en apenas cuatro días de junio de 2014. Una operación que se saldó sin incidentes, pero que tiene el mismo respaldo legal que el día que se hizo: la vía de los hechos. Un informe municipal al que ha tenido acceso este diario reconoce que el Hospital continúa sin tener licencia de actividad. No la puede tener, señala el jefe de Urbanismo en su escrito, porque «está pendiente de la finalización y recepción de las obras de urbanización».

Un hecho que, sin embargo, no ha impedido que los viales estén abiertos y en servicio -«abiertos al tráfico y en funcionamiento», refiere el funcionario-, pero que oculta otras disfunciones: ni la grúa ni la Policía Local pueden actuar en ellos salvo casos de emergencia, lo que ha motivado quejas y situaciones de riesgo con la entrada de ambulancias prácticamente colapsada de coches estacionados.

La anomalía -tener un equipamiento de más de 300 millones de euros, que recibe a miles de personas todos los días y tiene mucho material radioactivo dentro, sin licencia de actividad- empezó a fraguarse en 2013. Lo pudieron leer en este diario en noviembre de aquel año el Ayuntamiento anunció que no permitiría la apertura del HUCA si no se completaban los viales. Pocos días más tarde, el entonces alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, afirmó que «prevaricaría» si concedía el permiso en las condiciones que pretendía el Principado, que por entonces planteaba abrir el centro en enero del año siguiente.

El tira y afloja duró meses. Subió y bajó de intensidad. En enero, ambas partes alcanzaron una especie de acuerdo. Aprovechando que los nuevos retrasos en las obras del edificio daban cierto margen, el Principado se comprometió a terminar el anillo hospitalario (el vial que rodea el Hospital) y el Ayuntamiento concedió una licencia parcial y provisional para poder poner en marcha los servicios de Radioterapia. La autorización excluía expresamente la posibilidad de abrir consultas y el resto de servicios y obligaba a mantener cerrados dos de los accesos al recinto.

Una mudanza invisible

La anunciada mudanza por fases, se convirtió en una traslado exprés que debía iniciarse el 14 de junio y concluir el 17. El anillo hospitalario seguía sin terminar y el Ayuntamiento protestó y alertó de los problemas de tráfico que se generarían. Dio igual, el cambio se hizo sin incidentes. Los problemas de tráfico empezaron casi al día siguiente y la decisión unilateral del Consorcio de Transporte de meter sus autobuses hasta el equipamiento que no ayudó. Hubo reuniones, un plan de señalización y el anillo se completó, por fin en otoño, pero la urbanización está lejos de estar terminada y la situación dista de haberse regularizado. El expediente de restauración de la legalidad urbanística, abierto por la sección de Licencias para guardarse las espaldas, sigue durmiendo desde hace dos años. Y mientras no se concluya su instrucción, no se puede abrir expediente sancionador, que es lo que procedería a quien pone en marcha una actividad, más una potencialmente molesta, insalubre o peligrosa, sin el correspondiente permiso.

No es extraño. Cuando Foro preguntó por qué el Ayuntamiento permitía el «traslado», la responsable de Licencias se agarró al entrecomillado para razonar por la tangente que el permiso municipal no puede alcanzar a esa mudanza, «sino a la ocupación del edificio careciendo de algún requisito para su puesta en uso». Y a correr.

La situación sigue exactamente igual que en 2014. Entonces el jefe de Proyectos y Obras, reconoció como ahora el de Urbanismo, «a día de hoy las obras de urbanización aún no han finalizado por lo que no han sido recibidas por el Ayuntamiento».

Las calles, escaleras y plazas de La Cadellada por las que circulan coches, taxis y autobuses tampoco deberían estar operativas. De hecho, al servicio municipal nadie le ha solicitado que informe si cumplen las condiciones del plan especial de La Cadellada para ser recibidas y abiertas al tráfico. ¿Qué pasará si se produce un accidente en estos viales? Mejor no preguntar. En esa misma ambigüedad se mueven los aparcamientos subterráneos del recinto que empezaron a cobrar a los conductores 90 céntimos de euro la hora sin tener concedida licencia de actividad.

El fin de la inseguridad jurídica no llegará antes de que el Principado complete las ya demoradas obras del enlace entre la AS-II y la ciudad sanitaria. Cuya finalización debería producirse (y no lo hará) antes de final de año según especificaba la ficha del plan especial de La Cadellada, que engloba el Hospital.

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