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ROSALÍA AGUDÍN
Viernes, 26 de agosto 2016, 01:53
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A eso de las 17 horas de ayer, dos dotaciones de bomberos y varias de la Policía Nacional y Local se personaron en la calle Uría. Algunos de los ciudadanos, que a esa hora paseaban por el centro, miraron a ver si salía humo de algún edificio, pero en esta ocasión no se trataba de un incendio. F. F. G., ovetense y de 44 años, se había precipitado desde el tercer piso del número 25 de la calle Uría y cayó a un patio interior. La voz de alarma la dieron los vecinos y, cuando los agentes del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Oviedo, llegaron al lugar vieron que la única forma de acceder a esa zona era a través del local comercial, una conocida joyería, que se sitúa en el bajo del edificio.
Para ello, tuvieron que tirar la ventana que comunica ambas zonas. Los médicos le realizaron in situ la primera observación, donde vieron que su estado era grave y acto seguido lo sacaron por la puerta principal de la tienda. Durante unos minutos, los sanitarios le atendieron en la UVI móvil y a las 17.32 horas lo trasladaron al Hospital Universitario de Asturias (HUCA) en una UVI móvil.
Allí ingresó en estado muy grave y con politraumatismo. Ya en Urgencias, los médicos estabilizaron al herido para poder someterlo a una completa exploración en busca de hemorragias o lesiones interiores, que sumar a las fracturas abiertas en las dos piernas, que obligaron a amputarle una. Mientras todo esto ocurría, los trabajadores de los comercios de la zona intentaban volver a la normalidad, tras el susto. A pesar de ello, algunos de ellos se enteraron del suceso cuando vieron llegar a los bomberos y a la policía.
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