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Desde la zona alta de Colloto-Roces se divisa la Catedral.
La inmobiliaria de Kutxabank retoma el plan de Colloto-Roces seis años después

La inmobiliaria de Kutxabank retoma el plan de Colloto-Roces seis años después

Urbanismo aprueba el proyecto de actuación del ámbito donde están previstas un millar de viviendas protegidas

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Domingo, 28 de agosto 2016, 01:14

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Harri Hegoalde 1 es el nombre de la promotora que ha relanzado el plan parcial del ámbito urbanizable Colloto-Roces, cuyo proyecto de actuación se encuentra ya sometido a información pública. Detrás del nombre en euskera, está la inmobiliaria de Kutxabank, el banco surgido de la fusión de las cajas de ahorros vascas. Es un avance, el primero en seis años y tal vez un signo de que las cosas están mejorando para el sector de la construcción pero, aunque el documento habla de someter el proyecto de urbanización al examen de los técnicos de Urbanismo en seis meses nadie espera que las cosas vayan tan rápido, cuando vienen tan de atrás y las dificultades son muchas.

  • millones de euros es el presupuesto de ejecución material estimado de las obras de urbanización que ha presentado Harri Hegoalde para el desarrollo del plan parcial de Colloto-Roces. La mayor partida, de más de 1,8 millones de euros, es la destinada a soterrar las líneas de alta tensión (de 132 y 20 kilovoltios) que atraviesan estas 16 hectáreas de terreno. La pavimentación de viales y aceras se comería otros 1,34 millones de euros.

El 15 de septiembre de 2008, las autoridades financieras de Estados Unidos decidieron no acudir al rescate del banco de inversión Lehman Brothers por el 'riesgo moral' de salvar con el dinero de los contribuyentes el de los inversores en una empresa mal gestionada. ¿El resultado? La mayor crisis financiera mundial desde 1929. En España, Pedro Solbes dijo que el impacto «sería de unas pocas decenas de millones de euros», pero por si acaso dimitió meses después. Casi los primeros millones en esfumarse, lo hicieron aquí al lado, entre Cerdeño y Roces, en lo que urbanísticamente se llama el ámbito urbanizable Colloto-Roces.

En octubre, Aguas de Panticosa traspasó a La Kutxa la propiedad de sus terrenos en el plan parcial. El nombre de Aguas de Panticosa puede sonar raro, ya que la empresa era titular del balneario del mismo nombre en Aragón, pero su presidente era el empresario astur-mexicano Luis Nozaleda, accionista mayoritario de las Bodega Enate y socio de los Masaveu en otros proyectos enológicos. Era uno de los primeros signos de la caída del Grupo Nozar tras el fracaso del plan de La Talá en Llanes, del que también tuvo que desprenderse en favor de su financiera, Cajastur, para reducir su pasivo en 41 millones de euros. Las cifras de Colloto-Roces no trascendieron. La caja de ahorros guipuzcoana prefirió no precisarlas.

El millar de viviendas protegidas previstas en el plan cayó en el olvido y, de paso, arrastró al plan 'hermano' Colloto-Ciudad Jardín, con el que compartía parte de las complejas obras de urbanización necesarias para convertir la ladera que baja entre Roces y Cerdeño (por entendernos, enfrente del Supercash) en parte de la ciudad consolidada.

Optimismo injustificado

Al Ayuntamiento no se le movió un músculo de la cara. En 2009, en pleno frenazo de la expansión urbanística, el concejal de Urbanismo, entonces Alberto Mortera, anunciaba el nacimiento «del nuevo Colloto». Sumó las dos actuaciones del plan de vivienda de la zona, Ciudad Jardín y Roces, para precisar que tendría 40 hectáreas, casi 2.300 viviendas con algún tipo de protección y 6.700 metros cuadrados de viales. Y para ayudar aún más a la imaginación, Mortera avanzó que habría un vial principal «similar al de La Florida», con el que, además de buscar amplitud, «se resolverán los problemas de tráfico», argumentó.

Lo hizo como si no estuvieran bloqueadas ambas, que deberían arrancar a la vez o, al menos, coordinar las obras de urbanización que comparten y que abarcan desde la construcción de ese vial principal similar al paseo de La Florida, hasta una traída de aguas de 12 kilómetros de longitud desde el depósito de Venta del Aire, pasando por el complicado soterramiento de dos líneas de alta tensión. El optimismo de Mortera dio paso a la más absoluta nada.

Tan solo en 2010, la comisión de Urbanismo aprobó de forma definitiva el plan parcial del ámbito urbanizable Colloto-Roces para un millar de pisos protegidos. Con los precios del suelo y la vivienda aún cayendo en picado, la caja guipuzcoana reconoció entonces que no tenía ninguna intención de llevarlo a cabo a corto plazo. Los planes de la Kutxa eran «ir avanzando la tramitación» con el fin «de revalorizarlo como activo». O lo que es lo mismo, como suelo urbanizable vale poco, con el plan parcial algo más, pero, «al menos, de momento, nosotros no promovemos, ni urbanizamos», explicó un portavoz.

¿Habrá obras?

Desde 2010, el proyecto durmió en un cajón. En parte, por el largo proceso de restructuración bancaria que convirtió a las cajas de ahorros vascas en un nuevo banco, Kutxabank, los cambios en la dirección y la nueva definición del negocio. La entidad ha reorganizado su actividad inmobiliaria. Neinor ha dado paso a Harri Hegoalde como gestora de los activos -suelos o viviendas- 'heredados' por las antiguas cajas en el estallido de la burbuja inmobiliaria y a un nuevo aire en la gestión. Las obras de urbanización del ámbito, confirmaron fuentes municipales, no empezarán a corto plazo.

Según el planeamiento, necesitaría coordinarse con Colloto Cuidad-Jardín, ya que ambas urbanizaciones compartirán gastos a la hora de soterrar los tendidos de energía eléctrica que atraviesan la zona y realizar la traída del agua (un 40% con cargo a Colloto-Roces y el resto, a los promotores de Ciudad Jardín). En la misma proporción se repartían el coste de la gran glorieta del Espíritu Santo, sobre la N-634 en el nudo de Cerdeño, que finalmente se ejecutó dentro del proyecto de accesos al nuevo Hospital.

Solo el soterramientos de los tendidos está presupuestado en 5,3 millones de euros (1,9 para Colloto-Roces) y tendría que hacerse a la vez parra evitar caídas de tensión y afectar al transporte de energía. Todo sin poner un solo ladrillo. Antes de que Nozar se estrellase, los promotores de Colloto-Ciudad Jardín calculaban que las obras de urbanización de su ámbito, que además requiere importantes movimientos de tierra, costaría 18 millones de euros. Sin la ayuda de Colloto-Roces, el esfuerzo se incrementaría en otros cuatro o cinco millones y a la inversa, Kutxabank tendría que adelantar entre 2 y 3 millones de euros.

El plan de Roces afecta a 161.407 metros cuadrados, en los que se permite construir en edificación abierta con cinco plantas. Según la ficha del Plan General de Ordenación Urbana, están previstos 860 pisos calculados sobre 100 metros cuadrados. Los 86.000 metros de edificabilidad residencial se traducirán en algo más de un millar de viviendas de menor superficie y protegidas todas. Habrá 33.655 metros cuadrados para espacios libres de uso público y 30.491 para equipamientos.

Los accesos principales se harán a través de la denominada ronda intermedia, el gran vial que dará continuidad a la calle central de Villafría, desde Armando Collar hasta Colloto, por todo el borde este de la ciudad. Es aquel que Mortera comparaba con el de La Florida, solo que sobre el terreno solo existe el tramo que nace y muere en Nuevo Vetusta, en Quinta del Alba.

Es lo que pasa cuando se apuesta el futuro de un país al ladrillo, que ocho años después de la quiebra de Nozar, las parcelas siguen hipotecadas, con cargas en favor de la Caja de Ahorros La Inmaculada de Aragón (CAI), que suman 7,1 millones de euros.

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