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Los caballos, descansando, realizan unos 50 kilómetros al día.
A trote con 'Xiana' y 'Nerón'

A trote con 'Xiana' y 'Nerón'

Estos dos jinetes de Las Caldas peregrinarán «por primera vez» con equinos la distancia entre Irún y Santiago de Compostela

CECILIA PÉREZ

Lunes, 29 de agosto 2016, 01:04

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'Nerón' y 'Xiana' tienen por delante una dura prueba. Concretamente novecientos kilómetros, la distancia que separa Irún de Santiago de Compostela. Estos dos caballos ayudarán a Jennifer Rodríguez y a su padre, Benjamín Rodríguez, dos jinetes de Casiello (Las Caldas), a recorrer el Camino del Norte. Es la primera vez, de la que se tiene constancia, que se realiza esta modalidad de peregrinaje. «Los Amigos del Camino del Norte nos comentaron que no tienen conocimiento de que alguien haya hecho este recorrido a caballo», explica el hombre unos días antes de iniciar la aventura. «Los caballos van a realizar una media de cincuenta kilómetros diarios. Calculamos que en veinte días lleguemos a Santiago de Compostela», detalla.

Los animales no sufren porque están acostumbrados. Primero, porque son «deportistas»; y segundo, porque no es la primera vez que peregrinan. «Llevamos cinco Caminos de Santiago. Cuatro de ellos a través del Camino Primitivo y otro por la Ruta de la Plata», especifica Rodríguez.

Esta tradición familiar de peregrinar a Santiago de Compostela la consideran un «vicio» que comenzó con una apuesta. «Mis amigos dicen que la aventura es 'Pokémon Go' y para mí es coger el caballo, desaparecer y desconectar durante veinte días. Mis caballos son mis mejores amigos», asegura. Para llevar a cabo esta aventura nada puede dejarse a la improvisación: «Llevamos tienda de campaña, esterilllas, ropa, herraduras y pienso para los caballos», enumera el padre, que asegura que han intentado reducir todo el material al mínimo.

Hay un motivo especial que mueve a este padre e hija a realizar el Camino de Santiago a lomos de sus caballos: «Es un homenaje a dos caballos que tuve que fallecieron. Mi sueño era recorrer Europa con ellos y no pudo ser», apunta ella emocionada.

La vida de esta familia siempre ha estado vinculada al mundo equino. «Es una forma de vivir, de amar a los animales y de respetar a la naturaleza», explica el jinete. El Camino de Santiago, aseguran, ofrece otra visión cargada de anécdotas. Unas buenas y otras menos, como cuando «en uno de los caminos que hicimos unos chavales, en Fonsagrada, soltaron a los caballos. Protección Civil y la Guardia Civil anduvieron tras ellos durante toda la noche». El problema radica en que los albergues de peregrinos no están preparados para acoger caballos «cuando deberían estarlo», lamenta Benjamín.

Trabas por la ruta

No es la única traba que se han encontrado a la hora de preparar el viaje. «El Camino del Norte discurre a través de grandes ciudades. Hemos llamado a los ayuntamientos de Santander, Bilbao y San Sebastián para pedirles permiso para atravesar sus calles y nadie nos ha dado respuesta», se quejan. Aunque también agradecen el gesto de otras urbes, como la de Irún: «Su ayuntamiento nos ha ofrecido una ruta alternativa para no atravesar la ciudad y que nuestro paso por allí sea más fácil».

Por delante, novecientos kilómetros de ruta y en mente otra aventura pendiente. «Queremos recorrer La Ruta del Cid, entre Burgos y Valencia, para conocer la historia de España» a lomos de sus caballos.

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