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I. R.
Domingo, 4 de diciembre 2016, 01:18
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Tiene el mercadillo de Navidad que cada año se instala en Oviedo mucho de pionero. Cuentan aquellos que forman parte de esta cita navideña desde sus comienzos, que fueron ellos, los comerciantes, quienes decidieron asociarse e instalar una carpa en un tiempo en que aquello no se llevaba mucho. Tuvieron la idea de cubrir los negocios y concentrarlos en un espacio para facilitar las compras navideñas. «Fuimos de los primeros en usar las carpas y todos los gastos de su instalación se reparten entre los comercios participantes», explica Emilio Nevado, uno de los veteranos.
Así funcionan, aunque desde el año pasado esa gran carpa que instalaban en el paseo de Los Álamos ha tenido que convertirse en una treintena de pequeñas jaimas colocadas en la plaza de La Escandalera. La protección del mosaico del paseo de Los Álamos ha obligado al traslado a la cercana plaza, algo que hace resentirse las ventas en los días de lluvia.
Ese gran «centro comercial» que habían logrado abrió ayer sus puertas en la Escandalera con 32 puestos, dos menos que el año pasado por la presencia de las obras del edificio de la Tesorería General de la Seguridad Social. «Tenemos que adaptarnos no queda otra. La verdad es que por aquí circula mucha gente y este año ha quedado muy bonito», comentaba Mateo de Marinis, otro de los comerciantes que lleva veinte años en el mercadillo. La iluminación de Navidad ha sido un acierto este año y muchos ciudadanos sacaban ayer sus cámaras para retratarse en la plaza, en el estreno de la Navidad que estuvo bastante animado.
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