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IDOYA REY
Domingo, 15 de enero 2017, 01:46
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Aquello con más coincidencias entre técnicos y ciudadanos será lo primero que se haga. El Ayuntamiento anunció ayer que la reordenación del Campo de San Francisco y su entorno, impulsada desde Urbanismo el pasado septiembre, comenzará con uno de esos puntos que tuvo una voz unánime entre todos los que participaron en el examen de la arboleda: la unión entre la plaza de La Escandalera y el paseo de Los Álamos capitaneará las intervenciones en el Campo.
encuestas fueron recogidas a pie de calle con las sugerencias de los ciudadanos para esa reordenación impulsada para la arboleda y su entorno. También se realizaron distintos talleres para que la ciudadanía tomara una decisión formada. El resultado fue una serie de propuestas «sensatas».
Esa actuación estará acompañada por la peatonalización de Fruela, otro de los puntos de acuerdo en ese proceso participado que estuvo liderado por el Colegio de Arquitectos. El resultado de esos tres meses de trabajo de campo es el diagnostico participado para «humanizar el parque», un documento que el Ayuntamiento tiene ahora sobre la mesa. Incluye ese trabajo un borrador de pliegos de condiciones para la licitación de la obra, un documento que el Ayuntamiento debe revisar y matizar para luego convocar el concurso de ideas, algo que se realizará a lo largo de este año.
La Concejalía de Urbanismo, con el edil Ignacio Fernández del Páramo al frente, anunció ayer que «el proyecto estará redactado este mismo año». Las obras comenzarán, sin embargo, en 2018 con esa primera actuación para unir la plaza de La Escandalera y el paseo de Los Álamos. «Nos habíamos marcado unos tiempos cortos para la realización del proceso y estamos muy satisfechos con el trabajo realizado», declaró el edil.
El proceso promovido por el Ayuntamiento comenzó con un diagnóstico de la arboleda por parte de los arquitectos. Esas conclusiones técnicas se contrastaron después con la opinión de los ciudadanos, de todos aquellos que a diario transitan por la arboleda. Se impartieron para crear una opinión formada talleres y se recogieron más de cuatrocientas encuestas a pie de calle. El resultado fue una serie de propuestas ciudadanas «sensatas y plausibles», según definieron desde el Colegio de Arquitectos.
En ese proceso, mitad ciudadano mitad técnico, «se detectaron problemas de movilidad y puntos prioritarios de actuaciones. Con intervenciones ligeras se pueden hacer cosas interesantes para conseguir un objetivo en el que todos estamos de acuerdo: que el Campo de San Francisco deje de actuar como una rotonda para repartir el tráfico», valora el edil, sin concretar cuáles podrían ser esas intervenciones.
Lo que sí concreta es que la mayor parte de personas que participaron el proceso «ve un problema grave de accesibilidad en el Campo de San Francisco. Los mayores desde su perspectiva y los más jóvenes, por ejemplo, para el uso de la bicicleta».
Proceso participativo
Ya puestos sobre la materia, ese diagnóstico participado fue mucho más allá del encargo. Dada la centralidad de la arboleda, amén del componente identitario que tiene para los ovetenses, los participantes en el proceso propusieron también unos itinerarios peatonales para unir la ciudad pasando por el parque. Del Milán a El Cristo y de El Antiguo a la losa.
«La experiencia participativa fue muy positiva. La gente nos decía que llevaba tanto tiempo conviviendo con algo asentado que no se planteaba verlo de otra manera. Estos procesos posibilitan que los ciudadanos se hagan preguntas y que piensen cuáles pueden ser las respuestas más adecuadas», pondera el edil.
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