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La concejala de Atención a las Personas, Marisa Ponga.
El Ayuntamiento impulsa  un plan pionero que da una vivienda a personas sin techo

El Ayuntamiento impulsa un plan pionero que da una vivienda a personas sin techo

Firmará un convenio con la Fundación Albéniz para una programa de 'housing first' que da la vuelta a la atención social a los transeúntes

G. D. -R.

Miércoles, 22 de febrero 2017, 02:42

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El Ayuntamiento gasta al año, con datos de 2015, cerca de 750.000 euros en la atención a personas sin hogar. La cifra no incluye las subvenciones municipales a los comedores sociales, principalmente la Cocina Económica, de los que también son usuarios los transeúntes. A todos se les ofrece apoyo e información, pero las cifras son tozudas: el 40%, según la memoria de Servicios Sociales, lleva más de tres años sin hogar. Ayer la concejala de Atención a las Personas, Marisa Ponga, aprovechó la presentación de los presupuestos de su área para anunciar un cambio, el primero en muchos años, en las políticas sociales para este colectivo. Ponga avanzó la firma de un convenio con la Fundación Albéniz, por 173.000 euros incluidas otras actividades, para la puesta en marcha de un programa de 'housing first', una política que concede a los sin techo como primera medida una vivienda.

Se trata de darle la vuelta al sistema actual. A las personas sin hogar se les aplica habitualmente una serie de exigencias crecientes para su normalización. Si cumplen ciertas normas pueden optar al siguiente escalón de ayudas. Pueden estar de tres a cinco días en el Cano Mata, por el que pasaron 891 personas en 2015, pero solo 50 pasaron a la casa de acogida para estancias más largas y tan solo 11 llegaron a estar en el piso tutelado por Caritas.

Frente a este modelo, los programas de 'housing first' como el que pondrá en marcha el Ayuntamiento se dirigen específicamente al colectivo más difícil de socializar, a las personas sin hogar que están peor, que llevan al menos tres años durmiendo en la calle y tienen problemas de salud mental o adicción a alcohol o drogas o tienen una discapacidad grave. Y funcionan al revés: se les da una vivienda primero antes de ponerles condiciones, requisitos o normas.

La experiencia americana

Lo curioso es que el sistema funciona o, al menos, mejor que la alternativa actual para este colectivo. En Estados Unidos los programas de 'housing first' llevan aplicándose casi tres décadas, generando la suficiente literatura científica como para avalar su funcionamiento. En España, los primeros planes de este tipo comenzaron a funcionar hace menos de un lustro en Madrid, Barcelona y Málaga y los datos parecen positivos.

Según la memoria de la Rais Fundación, el cien por cien de los beneficiarios del programa seguía residiendo en la vivienda un año después. Se registran además mejoras en la relación con sus familias o en cosas tan obvias como empezar a comer a diario.

El programa con la Fundación Albéniz será similar. Obligará a los usuarios a aceptar una intervención social semanal y a contribuir con parte de sus ingresos al mantenimiento de la vivienda, ya que un domicilio les facilita y mucho, al acceso a las ayudas públicas o el acceso a la atención sanitaria normalizada.

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