El alcalde de Oviedo reconoce su «insatisfacción» con la baja ejecución de las inversiones

Con tan solo el 22% (el 26,5%, si se incluye el millón de euros pagado a final de año por Villa Magdalena con cargo al fondo de contingencia) de las inversiones ejecutadas el año pasado, no es para estar contento. El alcalde, Wenceslao López, lo reconoció ayer: «Hay muchas cosas con las que estoy insatisfecho», admitió al ser preguntado antes de la recepción a unos estudiantes galardonados con una beca municipal. De los 26,5 millones presupuestados, el Ayuntamiento logró ejecutar el año pasado 6,1 (7,1, contado el pago anticipado por el palacete) y dejar comprometidas obras por otros 4 millones. López culpó del pobre resultado a la escasez de plantilla. «Tenemos que funcionar con mucha más rapidez, pero tenemos un problema gravísimo de recursos humanos y se puede llegar hasta donde se puede llegar», advirtió.

Esa falta de personal, tantas veces denunciada por el equipo de gobierno, «nos condiciona la gestión» y «nos retrasa anormalmente los procedimientos», expuso el regidor, que se animó a poner un ejemplo «paradigmático» al recordar que para comprar el mobiliario para la nueva oficina de Recaudación «hemos estado cinco meses para veinte mesas y veinte sillas». «Evidentemente, con eso no estoy satisfecho», concluyó el primer edil.

Otras fuentes del equipo de gobierno no quisieron poner el acento en el atasco de Contratación, que ha llegado a tardar dos meses en tramitar un contrato menor, y señalaron como causas de la baja ejecución de inversiones el año pasado al mes y medio sin interventor que se pasó el Consistorio en 2016, «en un momento clave». El habilitado se quedó de baja tras ser imputado, ahora investigado, tras declarar ante la jueza Pilar de Lara acerca de la devolución del aval a Aquagest. «El presupuesto se aprobó el 4 de abril y hasta mediados de mayo (cuando se incorporó un nuevo habilitado) no pudimos hacer nada con las inversiones», señalan las mismas fuentes. También, la obligación legal de solicitar al Principado autorización para las operaciones financiadas con préstamo, dificultó la ejecución de obras.

Medio llena

Con todo, el equipo de gobierno cree que hay aspectos positivos en la liquidación que muestran «nuestras políticas: gastamos 6 millones de euros más que en el último presupuesto del PP en el capítulo 6», el destinado a transferencias, ayudas a familias y subvenciones a entidades. Cierto, pero en 2017, las transferencias corrientes se redujeron en casi un 10% respecto a 2015, de 35 ,4 a 32 millones de euros. En parte, por la inejecución de las subvenciones de turismo y de otras transferencias, mientras que las ayudas sociales no se cerraron nunca. A los 1,5 millones presupuestados inicialmente, se les suplementó con otros 538.000 euros mediado el ejercicio y, aún así, el Ayuntamiento cerró el año concediendo casi 2,45 millones de euros en ayudas.

Las becas de Educación -comedor y libros- crecieron hasta superar los 2,55 millones de euros, frente a los 2,1 de 2015 y un 59,3% más que los 1,6 millones que destinó el PP en 2014.

También creció el gasto del capítulo de personal en casi 4 millones. En parte, por la recuperación de la paga extra de los funcionarios, pero, sobre todo, en programas de empleo. «Nos gustaría que fuese en empleo público, pero no podemos», admiten las mismas fuentes. El cálculo es difícil, aunque el año pasado, el Ayuntamiento destinó a sueldos 53,3 millones, por los 50, de 2014; en el total, pesan las indemnizaciones por las sentencias del plan de empleo y restan las jubilaciones desde entonces.

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