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IDOYA REY
Viernes, 10 de marzo 2017, 07:53
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En las últimas semanas no hay prácticamente ni un día en que la Asociación de Vecinos Santolaya de Colloto no reciba información sobre un nuevo robo en la localidad. Ayer mismo, sin ir más lejos, una pareja fue víctima de un hurto: se llevaron la bolsa del carrito de su nieta. Paseaban por el pueblo cuando la mujer se dio cuenta de que le faltaba ese neceser con enseres del bebé de 22 meses. En un descuido se lo habían robado. «Es el pan de cada día», explica la presidenta del colectivo, Lourdes Mencía.
Los afectados buscaron la bolsa por papeleras, sobre todo porque contenía la documentación del bebé con toda la cartilla de vacunación y el DNI. Tras una intenso rastreo apareció abandonada en un parque. «No había nada que les interesara y la dejaron allí», comentaba aliviada la familia. A ese último incidente hay que sumar más de una decena de intentos de robos, sobre todo en vehículos, cometidos según fuentes cercanas al caso, por menores de edad, ladrones inexpertos que apenas saben conducir.
Tanto la Policía Nacional, a través de la Unidad de Prevención de Robos, como la Policía Local, con patrullas más frecuentes, han intensificado su presencia en la localidad. «Los vecinos nos han trasladado los problemas que sufren y queremos conocerlos de primera mano», explicó ayer Ricardo Fernández, concejal de Seguridad Ciudadana, que si nada cambia se reunirá el próximo lunes con los vecinos. «Hemos incrementado la presencia en la zona y queremos explicarles lo que estamos haciendo y la intención que tenemos de implantar paulatinamente la policía de proximidad. Quiero que sepan que esa es la intención, pero hay que tener en cuenta la falta de personal. No voy a prometer cosas que no se vayan a poder cumplir», expresó el edil.
Ese incremento policial, cuenta Mencía, ya se hace patente en la localidad. Los vecinos ven los coches patrullas y se dirigen a ellos para informarles de los sucesos. «El martes sobre las ocho de la tarde coincidieron los agentes de la Policía Local y Nacional y varios vecinos se acercaron para contarles lo que veían. A una vecina muy conocida de la localidad le robaron una cadena de oro de un tirón y otro ciudadano informó de que una familia había realizado un enganche a la luz pública, con el consiguiente riesgo», informa la líder vecinal. Son precisamente varias familias instaladas recientemente en la localidad las que preocupan a los vecinos. «No queremos estigmatizar a ninguna etnia, pero hay un problema que solucionar», dicen los vecinos, que también se reunirán con el trabajador social para intentar solucionar el problema «sin que nadie salga dañado o perjudicado. Que no paguen quienes no tienen ninguna culpa», sostienen desde el colectivo vecinal.
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