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Funerarias Reunidas bajara construir un nuevo tanatorio en las inmediaciones del HUCA.
Funerarias Reunidas estudia la construcción de un nuevo tanatorio junto al HUCA

Funerarias Reunidas estudia la construcción de un nuevo tanatorio junto al HUCA

El Ayuntamiento condiciona la actividad funeraria a que se excluya la incineración por tratarse de un entorno residencial

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Viernes, 17 de marzo 2017, 03:30

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Funerarias Reunidas ultima la adquisición de suelo en el entorno del nuevo Hospital Central para la construcción del que sería el cuarto tanatorio del concejo y el segundo de la compañía. En concreto, la empresa, creada en el mes de noviembre de 1979 como consecuencia de la fusión de seis de las siete empresas funerarias de Oviedo, ultima la compra a Sogepsa de unos suelos de equipamiento dentro del plan especial de Prado de La Vega. Estas parcelas, situadas al otro lado del anillo perimetral del centro hospitalario, junto a la calle Julio Álvarez Mendo, se reservaron dentro del plan especial para el Principado y para usos vinculados al Hospital mediante una cláusula que venció el pasado mes de diciembre.

Fue entonces cuando el interés de la mayor empresa de servicios funerarios de Asturias por los terrenos pudo concretarse gracias a un informe de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA), que consideró que la construcción de un tanatorio se ajustaba a los usos complementarios del gran centro hospitalario.

La empresa prefirió «ni confirmar ni desmentir» la compra, aunque reconoció su interés en los terrenos sobre los que, admite, habría hecho una consulta.

La cuestión también ha llegado al Ayuntamiento aunque no por cauces oficiales. El concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, explicó que «no hay ninguna solicitud de licencia ni ningún expediente iniciado», aunque sí consultas sobre las condiciones que pondría su departamento a la actividad del tanatorio. Fernández del Páramo sostuvo que, en su opinión, la actividad es perfectamente compatible con la calificación del suelo con la salvedad de la incineración. A su juicio, el funcionamiento de un horno crematorio no sería aceptable al tratarse de un entorno «urbanizado y residencial» y muy próximo al hospital.

Un golpe en el mercado

La población de Asturias envejece y la de Oviedo no es una excepción. En los últimos cinco años, han fallecido una media de 2.250 ovetenses todos los años. Los servicios funerarios son, desde ese punto de vista un negocio estable, pero con perspectivas de un crecimiento continuado y sostenido en los próximos años. En este escenario, los planes de Funerarias Reunidas, de concretarse, supondrán un golpe a su competencia, fundamentalmente Funeraria Principado y Funeraria Santa Teresa, gestoras de los tanatorios de El Salvador y Ciudad de Oviedo, respectivamente. Los dos situados, al igual que el propio de Funerarias Reunidas, el de Los Arenales, en las inmediaciones del cementerio de El Salvador.

El grupo Funerarias Reunidas gestiona, además, los tanatorios de Langreo, Siero, La Florida (San Martín del Rey Aurelio), Laviana, Nava y el de Puente Nora-Lugones, el último en ser inaugurado, en el año 2012. Aunque la empresa mantiene una política de expansión que le ha llevado a plantear también un segundo horno crematorio para su tanatorio de Pola de Siero, pese al rechazo vecinal.

La gestión del cementerio

Funerarias Reunidas es también, desde 1995, la gestora de los cementerios municipales después de que el PP aprobara su privatización por cincuenta años. El contrato abarca la gestión del de El Salvador y del de Ules, municipal desde el año 1950. Hubo problemas al principio. Aparecieron restos humanos en el entorno del camposanto y el PSOE se mostró especialmente crítico con la privatización por el encarecimiento de las tarifas, un 41% en los primeros ocho años y de un 400% en las de alquiler de sepulturas, salas de depósito y de otras tarifas mortuorias.

Luego la gestión se estabilizó. En parte, porque en los cementerios municipales solo descansan ahora menos de la tercera parte de los fallecidos en la ciudad. Los cementerios parroquiales tienen aún mucho tirón y el incremento de las incineraciones ha multiplicado los columbarios en las parroquias. Solo la de San Juan el Real cuenta con 1.500 nichos para depositar las urnas.

Fue en 1781 con la epidemia de peste, cuando Carlos III promulgó Real Cédula en la que se prohibía el enterramiento en el interior de las iglesias y obligaba a establecer cementerios en el exterior. En Oviedo, el primer cementerio, el de San Cipriano, de 1809, pronto se quedó pequeño y en 1870 arrancaron las obras del actual en Los Arenales, a las que siguieron varias ampliaciones, ya no hay más previstas. El negocio está en otro lado.

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