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Urgente «Cuando llegué abajo y vi las llamas, se me vino el mundo encima»
Vecinos de Pando afectados por los sonidos de la autovía, cuyo primer puente se ve al fondo.
«No coges el sueño, esto ye continuo», claman los vecinos contra el ruido de la AS-II

«No coges el sueño, esto ye continuo», claman los vecinos contra el ruido de la AS-II

Un estudio regional señala que es prioritario reducir las molestias sonoras en las zonas de Pando y La Corredoria

DANIEL LUMBRERAS

Domingo, 16 de abril 2017, 00:57

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Cuando buena parte de los ovetenses se van a la cama, lo más que oyen en la noche es algún que otro coche o moto que cruza solitario la calle; el sueño se interrumpe solo unos momentos. Pero, según un reciente estudio del Principado, elaborado por la consultora Louis Berger, hay 194 vecinos -más los estudiantes del instituto de La Corredoria, aunque a ellos no debería encontrarlos dormidos- que soportan día y noche los ruidos de los vehículos: son los que residen en las inmediaciones de la autovía AS-II Oviedo-Gijón, abierta en 2007.

Estas casi 200 personas soportan más de 65 decibelios por el día y más de 55 por la noche, el umbral que la normativa considera excesivo. Para hacerse una idea, 60 decibelios los producen dos personas hablando en voz alta. La consultora que ha elaborado el informe para el gobierno regional, Louis Berger, propone instalar en algunos tramos pantallas protectoras, pavimento fonoabsorbente o limitaciones de velocidad. Ellos, y muchos más vecinos que no aparecen en los mapas de los técnicos, aguardan una solución.

Pando

En el barrio de Pando, el estudio del Principado señala como afectada únicamente una casa familiar cuyos propietarios fallecieron y no tiene residentes fijos, pero los vecinos de las torres aseguran estar también afectados por el ruido.

«Es un suplicio insoportable, sobre todo por la noche», resume José Antonio Testera, secretario de la Asociación de Vecinos Las Torres de Pando (Santa Gemma). Muy crítico se muestra el residente José Enrique Roza: «Tenían que haber tomado medidas en su momento. No es solo el ruido, es la polución que están dando los coches». Otra vecina, Lorena Sampedro, apunta que además «el polvo que se acumula es exagerado, entra en las casas».

Además, se quejan de los conductores. «Es agotador, hay carreras de coches, derrapes, pitando continuamente, sirenas... Te despiertan los golpes y los frenazos», critica Rosa María Pérez. Para poner coto a los excesos de velocidad, los vecinos solicitaron hace tres años un radar al Ayuntamiento. «Casi me pegan cuando lo propuse, la gente cuando le tocas el bolsillo...», recuerda José Antonio Palacio.

Más sufre el tráfico María Antonia Tabares, residente en la margen izquierda de la autovía, junto al túnel de Pando. «Antes (de 2007) no oías nada, luego tuve que pasarme a la habitación de atrás, porque si no no hay manera de dormir a partir de las seis de la mañana», refiere. «Y como sea festivo», agrega, «coche va, coche viene toda la noche. Por mucho que bajes la persiana y cierres la puerta, el ruido sigue».

En cambio, Susana Salazar, que vive dos números más allá de la casa unifamiliar señalada por el estudio regional como más afectada, se lo toma con filosofía, a pesar de reconocer que «se oye todo»: «Te haces a los ruidos, no queda otra. Cuando no los hay, dices '¡qué a gusto ahora!'». Cuenta que soporta sonidos de volumen elevado por la noche, pero sobre todo por el día, «de continuo».

Pontón de Vaqueros

Al noreste de Pando se encuentra la zona de Pontón de Vaqueros. En Clara Campoamor, 1, el estudio señala que se supera el límite de decibelios casi en una unidad. Se trata de un edificio de construcción reciente, habitado desde hace tres años. El piso de Rosa María Álvarez, en una esquina orientada al noreste, da de pleno a la carretera. Ella le quita hierro al asunto: «No nos molesta lo más mínimo, mi hija viene de hacer guardia en el ambulatorio y duerme bien». Ahora las pantallas acústicas, «si las ponen, mejor».

La presidenta de la comunidad, Patricia Miguez, es menos optimista. «Se oye la autovía, hay cierto nivel de molestia que nos obliga a tener las ventanas cerradas. Cuando las abres tienes el ruido metido en casa y oyes el tren pasar», afirma.

El mapa de Louis Berger señala una casa próxima al antiguo estadio del Pumarín, pero este diario pudo comprobar que se encuentra en ruinas y no habita nadie en ella. En cambio, hay vecinos fuera de la ficha del estudio que también protestan por el ruido de la autovía. Es el caso de Enrique Ríos, que vive en lo que ya se considera 'lugar' Pontón de Vaqueros, en una casa unifamiliar en la margen izquierda de la carretera.

«De noche no coges el sueño, esto ye continuo. Vas para la cama y escuchas esto, pero no hacen nada», lamenta este hombre mientras señala la circulación rodada. «El vecino se ve que puso pinos grandes, son los que evitan ruido. Ya te haces a ello», añade en tono sombrío.

La firma Louis Berger propone, como solución en los casos en que el exceso de ruido es igual o inferior a tres decibelios, cambiar el pavimento de la autovía por uno absorbente. Si fuera superior, además, sugiere instalar también pantallas acústicas. Así sucede en Pando y Pontón de Vaqueros, donde se sitúa el comienzo de la AS-II. La consultora prevé instalar 175 metros de pantallas acústicas para proteger edificaciones y 2,4 kilómetros de pavimento absorbente. La obra costaría 427.370 euros y es la segunda más prioritaria de toda Asturias, según el estudio. Los vecinos ansían que estas ideas se lleven a la práctica cuanto antes.

Instituto de La Corredoria

Situado junto al apeadero de Renfe, en el extremo noroeste del barrio, el Instituto de la Corredoria es, para el estudio del gobierno regional, la tercera área con mayor prioridad de actuación. 700 alumnos soportan 0,2 decibelios más del valor debido por las tardes; para paliar esta situación, Louis Berger propone invertir 42.845 euros en 363 metros de pavimento fonoabsorbente.

Aquí, los vecinos y usuarios del centro relativizan la importancia de los sonidos elevados, aunque saludan que se lleven a cabo medidas para reducirlo. Así opina Mateo Menéndez, alumno del centro: «La autovía no da ruido, pero el tren sí cuando pasa. Con el ruido de clase tampoco se oye mucho». «He dormido aquí muchas veces y no se oye nada. Mi madre tiene un piso que da a la carretera y no molesta», asegura el residente Rogelio Fernández.

Con el estudiante coincide Silvia Álvarez, la presidenta del AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) del instituto, Silvia Álvarez: «No nos ha llegado ninguna queja por el ruido, las vías del tren suenan más». Ella lo sabe bien, pues la oficina de la agrupación está dentro del mismo centro.

Julio Álvarez 'Mendo'

Hay otro espacio, también en La Corredoria, que ni siquiera goza de un orden de prioridad en el estudio del Principado. Se trata del edificio de Julio Álvarez 'Mendo' portales 5 y 7, próximo al HUCA. Cuenta con 103 vecinos que soportan excesos de entre casi cuatro y seis decibelios. Allí sería necesaria una actuación compleja: aquí no es tan fácil como cambiar el pavimento o poner pantallas; en estos casos, se debe buscar otra solución. Louis Berger baraja poner tramos de velocidad baja, cambiar la regulación del tráfico u organizar rutas alternativas.

«El ruido molesta, ya lo han dicho en alguna reunión de vecinos. Van a toda velocidad, deberían poner semáforos o algo que les haga ir más despacio», reclama Verónica Casares, del portal 5. Además, indica, el edificio tiene un problema de aislamiento. «Estamos en juicio con la promotora del edificio, se reclamó todo», completa otra vecina, Beatriz Rozas.

«Ruido hay, la calle tiene muchísimo tráfico porque es más fácil venir por aquí», declara Alejandro Rodríguez, expresidente de la comunidad; «por la noches es cuando más se nota». Puerta con puerta con él, Leticia Rodríguez añade: «Los que damos atrás se oye todo, cuando pasa un coche retumban los cristales exageradamente, es todo el día». Pide que «se ponga la Policía más a menudo, verás como dejan de hacer el tonto, no badenes ni semáforos».

Por otro lado, el Ayuntamiento está actualmente redactando un nuevo Plan Municipal de Ruido, tras haber sacado a concurso la asistencia técnica para la redacción del proyecto en 2013, que fue adjudicada a Cecor por 18.392 euros. El vigente documento, de 2010 y elaborado por Nora Ingeniería, estimaba que 140.600 ovetenses sufrían más ruido del debido por el día y 75.000 por la noche. Se consideraban con puntos negros también en este documento el nudo de la AS-II con La Corredoria y las avenidas del Cantábrico y del Mar.

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