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IDOYA REY
Sábado, 22 de abril 2017, 03:40
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Quieren un sí o un no. Así de sencillo. ¿Se prohibe la música en directo en los bares y pubs de la región o se permite? Esa es la pregunta sin respuesta que los músicos asturianos formularon hace un año y medio al Principado, que aún no ha resuelto el misterio. Las asociaciones de músicos, unidos a colectivos profesionales, vecinos, hosteleros, e incluso a la Universidad y el Ayuntamiento, han firmado un manifiesto bajo el lema 'Ni un acorde de menos, ni un decibelio de más', un texto que viene con ultimátum al gobierno regional: si en tres semanas no tienen esa respuesta llenarán de música en directo la calle Uría, desde la Estación del Norte a Fruela. El mensaje es claro y esta vez no piensan rendirse.
Su pelea se reduce a la introducción de dos palabras, 'en vivo', en el decreto que regula los espectáculos públicos. Según la normativa actual, la situación resulta es un tanto absurda. Un local insonorizado correctamente puede emitir música grabada hasta los 90 decibelios, pero tiene prohibida cualquier tipo de actuación en vivo, «aunque se trate de una simple flauta». Dicen quienes promueven el cambio que el objetivo es «acabar de forma urgente con la situación», porque no pueden vivir en la «inseguridad jurídica permanente», destacó el músico Jorge Otero.
Que apoyen los conciertos en directo no quiere decir que no respeten el derecho al descanso de los vecinos, un pretexto usado por los detractores del cambio de la ley. «Estamos tan a favor de la música y la cultura como de la buena convivencia. No puede perseguirse injustamente la música en directo bajo el pretexto de que se trata de un problema de ruidos, porque no lo es», resalta el manifiesto suscrito por tiendas de música, escuelas y academias, hosteleros y profesionales de diferentes ámbitos. Unos apoyos que se suman a las 14.000 firmas en defensa del cambio de la ley recogidas hasta la fecha.
El colectivo de músicos que en agosto de 2015 retomaron una reivindicación que se remonta años atrás ha decidido volver a la carga después de que los compromisos logrados se hayan quedado en nada. «Todos los grupos políticos del parlamento estuvieron de acuerdo en el cambio y se incluyó en la agenda legislativa del Principado para este año», recuerdan. Lo repiten las veces que haga falta, porque, consideran que el Principado rompió a escondidas las promesas públicas. «El director regional de Justicia, responsable de la tramitación, cesó voluntariamente y su sucesora decidió archivar esta modificación sin motivar ni notificar el archivo a los interesados. Se tiró a la basura más de un año de trabajo», lamentan en el comunicado.
La oportunidad que queda, según los impulsores del cambio, es la de realizar una rectificación urgente y seguir con ese cambio que se inició y que puede también afectar al decreto de Medio Ambiente. «Con el cambio del decreto se resolverían problemas de décadas, pero la cuestión reside en que el decreto de Espectáculos hay que compatibilizarlo con el de Medio Ambiente», aclaró el edil de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo. Ninguno de quienes ayer acudieron a la sala de prensa municipal para repetir una vez más su reivindicación creía que la voluntad del Principado al legislar fuera la de perseguir la música en directo y la cultura. Ese no fue el objetivo pero el resultado es que se dan paradojas como que a tenor de esa ley, la tuna está prohibida en todo el Principado.
«Queremos vivir en un municipio que no sea un geriátrico. Si tenemos resuelta la regulación de los espectáculos en vivo en la calle, ¿por qué no lo vamos a tener resuelto en los locales?», protestaba ayer el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, sentado junto a la concejala de Participación Ciudadana, Ana Taboada, quien insistió en que el Ayuntamiento, ante todo, «apoyará las expresiones culturales».
Algunos colectivos vecinales rechazan la modificación, pero también hay muchos otros que la apoyan. Ayer estaban representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Oviedo y también de la asociación Oviedo Redondo. «Apoyamos la música en directo regulada. Creemos que la música en directo en los locales ordena el ocio y crea muchos trabajos y movimiento», resaltó Belén Suárez Prieto. Este cambio, en caso de lograrse, será, anunció Nacho Vegas, el primer paso, uno grande, pero no el último. «Vendrán muchos más, porque la lucha será más larga. Defendemos los derechos laborales de los músicos, abocados a la precariedad», resaltó en nombre de la Caja de Músicos de Gijón.
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