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Los nuevos depósitos de El Cristo, inaugurados en 2004 y que aún no han entrado en servicio.
La nueva traída de aguas y los depósitos, listos para entrar en servicio tras 13 años

La nueva traída de aguas y los depósitos, listos para entrar en servicio tras 13 años

CHC prueba el llenado de la conducción y el Ayuntamiento invertirá 150.000 euros en equipos de telecontrol

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Jueves, 1 de junio 2017, 00:26

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En un mes, Oviedo estrenará nuevo sistema de abastecimiento de aguas. En un mes, «si no hay problemas», advierte la concejala del ramo, Ana Rivas, escamada con un problema que se gestó hace más de trece años, cuando el secretario de Estado de Aguas y Costas, Pascual Fernández; el presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte, Fernando González Landa, y el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, abrieron una llave y dieron por inaugurados, a las puertas de las elecciones generales de 2004, los nuevos depósitos de agua de El Cristo.

Los depósitos no estaban conectados a la red, la nueva traída de aguas estaba sin acabar y la potabilizadora de Cabornio ni siquiera estaba en obras. El agua nunca entró en los nuevos tanques trillizos de 25.000 metros cúbicos. Las obras se fueron acabando, pero después de más de una década cerrados y con los antecedentes de hundimientos en la zona había poco entusiasmo entre los técnicos por llenar los depósitos. Además, el deterioro de la grifería y los sistemas obligaba a hacer reposiciones y una renovación.

Tras la llegada del nuevo equipo de gobierno, la concejalía de Ana Rivas contrató a una consultora para conocer el estado real de la infraestructura. El resultado del estudio concluyó que los depósitos no registraban pérdidas y tampoco aparecían fisuras o deformaciones en las losas de hormigón. El terreno aguantaba.

Pero los problemas no eran solo municipales. La nueva traída de agua, desde la potabilizadora de Cabornio a los nuevos depósitos, en la que se invirtieron casi 10 millones de euros, no soportó las pruebas de llenado. El Ayuntamiento lo intentó con el auxilio de la contratista del Aguas, pero, en marzo de 2014, después de 11 incidencias en otros tantos intentos de puesta en servicio, tiró la toalla y le pasó la pelota de nuevo a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para que lo intentasen ellos. No pudieron. Un año y medio después admitió el fracaso y contrató obras de mejora de la aireación de la conducción, con la colocación de nuevas válvulas para extraer el aire de la tubería. Antes de ayer comenzó un nuevo llenado de la traída, de un metro de diámetro, casi 8 kilómetros de longitud y con tres sifones importantes que salvan otros tantos valles, hasta ahora sin incidencias.

El llenado de los depósitos, concluido ayer tarde, servirá para comprobar el correcto funcionamiento de los mismos, con seis meses de retraso sobre la fecha prevista por la Concejalía de Aguas, pero no supondrá su entrada en servicio. Habrá que vaciarlos de nuevo y lograr los certificados de Sanidad, explicó la concejala, mientras se rematan los últimos trabajos.

Los tanques entrarán en servicio en las próximas semanas, pero aún quedan cosas por hacer. El Ayuntamiento invertirá 150.000 euros más en equipos de telecontrol de las instalaciones que permitirán reducir los costes de explotación y hacer un seguimiento continuo de los depósitos y su funcionamiento. También de la estabilidad del terreno. Se colocarán sensores en la cubierta de los tanques para detectar cualquier posible asentamiento de los mismos. 75.000 toneladas es mucho peso sobre un arenero.

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