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El alc alde trata de calmar a los representantes vecinales tras la sesión plenaria de ayer.
El Ayuntamiento de Oviedo aprueba obras por ocho millones con cargo al remanente de 2016

El Ayuntamiento de Oviedo aprueba obras por ocho millones con cargo al remanente de 2016

Vecinos amenazan con ocupar el salón y arrancan una reunión para revisar los presupuestos participativos

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Martes, 13 de junio 2017, 00:22

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El equipo de gobierno ganó ayer todas las votaciones -y no fueron pocas, veinte, incluidas las actas-, pero perdió el control sobre el orden del Pleno. La estabilidad del equipo de gobierno pasó la prueba, sin embargo en el ecuador del mandato dio señales preocupantes para el futuro. En lo tangible, sacó adelante la modificación presupuestaria para destinar a nuevas inversiones más de ocho millones de euros, reducir el endeudamiento en 17,1 millones y aumentar las partidas para personal, incluidos los pagos al personal de La Auxiliar de Recaudación.

Lo hizo sin problemas, también con la aprobación del Plan Económico Financiero por incumplir la regla de gasto. El concejal de Economía, Rubén Rosón, destacó los esfuerzos del equipo de gobierno para aumentar el gasto social «en esta crisis-estafa» y «burlar» en la medida de lo posible «las leyes 'austericidas' del PP». El PP casi no hizo ni oposición. Eduardo Rodríguez se limitó a reconocer que la causa del incumplimiento era la sentencia de Villa Magdalena y que los números para 2017 y 2018 dejan «un margen muy amplio para cumplir la regla de gasto». Solo criticó que los números «demuestran que no había razones presupuestarias para suprimir los Premios Líricos».

Rosón aprovechó para destacar las diferencias entre el PP y el actual equipo de gobierno. Mientras Caunedo «hizo recortes en Limpieza, Alumbrado» cuando le tocó hacer ajustes, «nosotros aumentamos el gasto social». En lugar de gastar el remanente en deuda «en los bancos, un gobierno decente prima los intereses de sus vecinos. Por eso es muy grave que algunos de nosotros estén imputados por beneficiar a amigos presuntamente, por atender a presuntos corruptores», dijo.

Rosón bromeó con el salón de Plenos lleno: «Hemos conseguido enamorar a los vecinos con la actualidad en estos dos años», pero desde el público, ya se oían algunas protestas y se veían carteles: 'Taboada dimisión' o 'Villa Magdalena estafa y robo'. Quién era mayoría se notó en la ovación cerrada que se llevó José Ramón Pando al jurar como nuevo concejal del PP, tras la renuncia de Elisa Rodríguez.

11 contra cinco

La oposición casi ni votó en contra. No le hizo falta. Intervinieron once concejales contra el gobierno -nueve del PP y los dos de Ciudadanos- y tan solo tomaron la palabra cinco en defensa del gobierno. Para ganar una batalla, una superioridad númerica de dos a uno es un buen principio. Hubo debates rápidos. Los 823.000 euros más para la Fundación Municipal de Cultura y el compromiso de Roberto Sánchez Ramos, «se lo debemos a Fernando Alba, de que nunca más se pueda bajar por la noche con un soplete a destruir la obra de un artista». También, el de producir la obra de teatro 'El Rector', sobre el fusilamiento del rector Alas y que la Noche Blanca sean «dos, dedicadas a los 15 años del Campoamor».

También se habló de la Variante de Pajares, que Somos, PSOE, IU y Ciudadanos, quieren en ancho ibérico y cuánto antes, contra Gerardo Antuña (PP) defendiendo la recuperación del ancho internacional. Incluso contra las disposiciones adicionales de los Presupuestos Generales del Estado ideadas por el PP para impedir remunicipalizar servicios. «El propósito era cortar las alas a los gobiernos del cambio, pero cortando las flores no se para la primavera», defendió Rosón.

El debate se fue calentando. También con la tibia, tras la enmienda del PSOE, proposición de Somos para exigir al Principado y al Estado que cumplan sus compromisos y hagan la pasarela entre las estaciones y el desdoblamiento de Nicolás Soria. Ana Rivas (PSOE) defendió que el Principado tiene que aportar los 3,5 millones pendientes del 'Plan A', «pero no compartimos los proyectos». Agustín Iglesias Caunedo (PP) le respondió que sus primeras palabras fueron para calificar de 'esenciales' las obras, «justo la palabra que PSOE exigió retirar» de la moción. «Fíjese si es importante, que cuando PSOE e IU pactan sus exigencias a Fomento, la única exigencia para Oviedo no es el puente de Nicolás Soria, es la pasarela», le recordó.

Se rompe

Hasta ese momento, el equipo de gobierno no perdió una votación. A partir de ahí, tampoco, pero ya no controlaba lo que pasaba en la sesión. El PP presentó seis mociones de urgencia. Todas las hicieron decaer el voto de los concejales de PSOE, Somos e IU, que rechazaron su premura con distintas razones. Pero casa rechazo fue enfadando a parte del público. Primero, a los miembros de Symmachiarii; después a la plataforma de Ventanielles que demandaba un local. Fernando Fernández Ladreda (PP) quiso dar su palabra: «Denle la voz al pueblo», dijo. El concejal de Patrimonio, Iván Álvarez, replicó que no se puede estar como el PP, «veinte años dando las llaves sin ningún control». Desde el público hubo gritos de que «había un pacto firmado».

Covandonga Díaz (PP) pidió un consultorio digno para La Manjoya, pero el equipo de gobierno ni intervino para rechazar la urgencia.

El ambiente empeoró cuando el alcalde, Wenceslao López, que cada vez se veía más forzado, autorizó a intervenir a un representante de la plataforma por el IES de La Corredoria. «A unos sí y a otros no», se protestó. Más, cuando en un ruego, Luis Zaragoza (Ciudadanos) pidió que se diera la palabra a Ignacio Suárez, de Symmachiarii. Más, cuando el alcalde para justificar que a este edil de la formación naranja le impidiesen entrar en El Asturcón le expuso que no podía tener los mismos derechos que un concejal de gobierno. «Esto es así, la democracia es así», le replicó haciendo concejales de primera y de segunda. El estallido final llegó cuando el alcalde denegó la palabra a las asociaciones de Fegea, plataforma próxima al PP. Se oyeron gritos de «Taboada cobarde».

López subió la voz, pero se quedó solo. Se leyeron las dos declaraciones institucionales y mientras los vecinos decidieron quedarse a domir en el salón de Plenos.

Con la sesión acabada, el alcalde tuvo que oír el chorreo, las acusaciones «de destrozar los consejos de distrito», de «incumplir las leyes». Todo, por la decisión de limitar a inversiones de reposición el dinero que administrarán los vecinos y poner en marcha desde el área de Taboada para el que viene unos presupuestos participativos por 1,5 millones que se votarán en asambleas, al margen de los consejos. López se defendió solo. Los vecinos tendrán una reunión general, también con Taboada, prometió. En la calle, Caunedo denunciaba que «se ha negado a escuchar a los vecinos». Gol

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