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Numerosos familiares de Baizán asistieron a la ceremonia.
«José Franco Baizán era un hermano mayor, un amigo leal siempre cercano»

«José Franco Baizán era un hermano mayor, un amigo leal siempre cercano»

El arzobispo elogia la figura del canónigo durante su funeral en la Catedral, al que asistieron más de quinientas personas

DANIEL LUMBRERAS

Viernes, 16 de junio 2017, 00:33

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«Cualquiera al fallecer no hubiéramos podido imaginar tantas personas en nuestro funeral». Así de impresionado se confesaba el sacerdote Ramón Platero ante los más de quinientos fieles y el medio centenar largo de compañeros que abarrotaron ayer la Catedral para despedir del conocido canónigo de Moreda José Franco Baizán.

En su homilía, el arzobispo, Jesús Sanz Montes, lo describió como «un hermano mayor y un amigo leal, cercano cuando en mis avatares episcopales no siempre encuentro buen tratamiento». Destacó de él su «humor y dulzura» con las que afrontaba los problemas y asperezas.

El arzobispo recordó las charlas con el finado en la Casa Sacerdotal «para compartir inquietudes, la situación de Oviedo y alguna afición moderada por el fútbol». «Tenía una cosa simpática, en su móvil sonaba la melodía del NO-DO», añadió luego. Sanz Montes también recordó la vinculación de Baizán con distintas instituciones como el Albergue Cano Mata, la Adoración Nocturna y la Hermandad de Jesús Cautivo.

Muy emocionado, su sobrino José María Varas Baizán agradeció a los presentes su asistencia y a sus amigos «que no lo dejasen solo ni un solo día». «Para mí era un segundo padre, conviví con él toda la vida», comentó aparte.

Personajes de la vida pública ovetense se acercaron al templo, como el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Ignacio Vidau; los concejales del PP Agustín Iglesias Caunedo y José Ramón Pando; el exalcalde Antonio Masip; el exconcejal Jaime Reinares; el presidente del Centro Asturiano, Alfredo Canteli, y el secretario del Rotary Club de Oviedo, Juan Pérez Zaldívar. «Era un canónigo ejemplar, si viviese Clarín tendría un sitio en 'La Regenta», aseguró el delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, también presente en el funeral.

A sus 83 años, José Franco Baizán era el canónigo en activo más veterano, pero el más antiguo de todos, con 92, es el emérito Platero, quien lo recuerda como «una extraordinaria persona y un magnífico sacerdote. Siempre estaba dispuesto a ayudar». Coincidieron, como profesor y alumno, en el Seminario de Oviedo, y ya entonces «tenía un don especial. Era un relaciones públicas nato».

«Por su carácter cordial y abierto fue muy popular. En el colegio de San Isidoro los chavales lo apreciaban mucho», afirmó el párroco de San Juan, Javier Suárez. Destacó el importante papel que Baizán jugó en la restauración de la Semana Santa tradicional de Oviedo en 1995. Su compañero de cabildo Agustín Hevia lo definió como «un hombre excepcional» entregado a la Catedral, de la cual era fabriquero: «No es poco llevar adelante la contabilidad y ser tesorero, administrar lo poco para que sea eficaz».

Tras el funeral, Baizán fue incinerado y a continuación, recibió sepultura en la Basílica de San Juan.

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