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Dragados ha comenzado a levantar los pilotes en los que se apoyará el doble viaducto del enlace.
El lento avance de las obras del enlace con la AS-II mantiene al HUCA sin licencia

El lento avance de las obras del enlace con la AS-II mantiene al HUCA sin licencia

Dragados apenas ha ejecutado una cuarta parte del proyecto, que debería estar terminado desde hace ya seis meses

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Domingo, 25 de junio 2017, 00:23

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Hace ahora casi tres años, la sección de Licencias del Ayuntamiento abrió un expediente de restauración de la legalidad urbanística a Gispasa y al Principado, como promotor, por la apertura sin licencia del Hospital Universitario Central de Asturias. El mismo tipo de procedimiento que se le abre a una caseta de aperos sin permiso o al vecino que cierra una camino público. La diferencia es que, después de abrirlo, lo guardó en un cajón y hasta ahora. Pero los papeles incómodos van a aumentar. El lento avance del enlace de la AS-II con la ya no tan nueva ciudad sanitaria de La Cadellada, aboca al Principado a incumplir también el plan especial, que exigía que todas las infraestructuras viarias estuvieran ya completadas. Disciplina Urbanística tendrá que abrir un expediente con, probablemente, la misma desgana que Licencias. Fuentes de la concejalía se encojen de hombros: «No podemos cerrar el Hospital».

Hasta la fecha, Dragados, la contratista de las obras de conexión del centro hospitalario con la autovía entre Oviedo y Gijón, ha completado tan solo el 26% del proyecto, con certificaciones aprobadas por cerca de 2,2 millones de euros de un total de 8,42, según confirmó la consejería de Infraestructuras. El departamento que hasta hace dos día dirigía Belén Fernández adjudicó las obras en febrero de 2014 y por 8,7 millones de euros,frente a los 14 de la licitación. Los trabajos comenzaron en abril y casi inmediatamente quedaron detenidos durante casi diez meses.

El vial atraviese una zona complicada: vías del trén, tendidos eléctricos y varias unidades de gestión a medio desarrollar hasta llegar a la futura glorieta de la calle Aguamiera. Solo en febrero de 2016, pudieron retomarse las obras, tras confiar el Principado el control de los mismas a la consultora de ingeniería Inca, pero el avance fue muy lento. Hasta el punto de que el Principado acabó por admitir que tampoco se terminarían en este 2017, al presupuestar tan solo 4,8 millones para las obras dentro del presente ejercicio.

Con solo una cuarta parte del proyecto ejecutada, lo que está en cuestión ahora es si las obras podrán estar acabadas dentro del próximo año o habrá que esperar aún a 2019. Del plazo de 24 meses, el avance sitúa el cronograma en poco más de medio año. Serían necesarios otros 18 meses para terminar el vial.

Hecho y pendiente

Las obras no son sencillas. Invaden un espacio que comparten la autovía, infraestructuras eléctricas, de saneamiento, las vías de Renfe y Feve y varias unidades de gestión pendientes de desarrollar. Ello ha llevado a que la principal actividad de estos meses haya sido la ejecución de los trabajos correspondientes a la glorieta sobre la antigua cerretera a Gijón en el enlace con la calle Aguamiera. Solo le falta el extendido de la capa de rodadura que se realizará al final de las obras. Pero ni siquiera estos es fácil, el eje La Estrecha-La Corredoria soporta un intenso tráfico, que obliga a construir desvíos provisionales para poder ir ejecutando por partes la citada glorieta.

Lo que queda es la parte más complicada. La empresa ya está haciendo los acopios necesarios en chapas para la construcción de los viaductos y se han realizado trabajos de movimiento de tierras en el ramal de Los Quintos, paralelo a la autovía AS-II. Asimismo, se han ejecutado ya todas las cimentaciones profundas, los pilotes, de todas las estructuras que integran el enlace entre la autovía AS-II y la glorieta de Aguamiera, según informó la consejería. Todos trabajos previos a la ejecución del doble viaducto, uno de doble sentido para permitir la entrada y salida desde el actual enlace de La Corredoria, y otro de sentido único para las circulaciones procedentes de Oviedo, que deben de salvar las vías del tren en un espacio verdaderamente reducido. Infraetructuras explica que actualmente se trabaja en la ejecución de los alzados de dichas estructuras, y se realizan auditorías de calidad a los posibles talleres que construirán los tableros metálicos para los puentes.

El Hospital que no existe

Sin el enlace, el Hospital seguirá siendo una anomalía urbanística, que después de una inversión de trescientos millones, más otros cien en equipamiento, seguirá 'oficialmente' cerrado. El Hospital Universitario Central de Asturias se puso en servicio con un macrotraslado desde El Cristo ejecutado en apenas cuatro días de junio de 2014. Una operación que se saldó sin incidentes, pero que tiene el mismo respaldo legal que el día que se hizo: la vía de los hechos. Un informe municipal reconoce que el Hospital continúa sin tener licencia de actividad. No la puede tener, señala el jefe de Urbanismo en su escrito, porque «está pendiente de la finalización y recepción de las obras de urbanización», del enlace con la AS-II.

El problema empezó a fraguarse en 2013. El Principado planteaba abrir el centro en enero del año siguiente, pero el alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, advirtió que «prevaricaría» si concedía el permiso en esas condiciones: sin los viales que rodean el centro acabados y sin el enlace. El tira y afloja duró meses. Subió y bajó de intensidad. En enero, ambas partes alcanzaron una especie de acuerdo. Aprovechando que los nuevos retrasos en las obras del edificio daban cierto margen, el Principado se comprometió a terminar el anillo hospitalario y el Ayuntamiento concedió una licencia parcial y provisional para poder poner en marcha los servicios de Radioterapia. La autorización excluía expresamente la posibilidad de abrir consultas y el resto de servicios y obligaba a mantener cerrados dos de los accesos al recinto. Ese es aún el único permiso del centro.

La situación ha generado problemas. La Policía Local no podía actuar en el centro hospitalario y los coches mal estacionados llegaron a amenazar la salida y entrada de ambulancias. Un convenio entre las partes ampara, aún limitado a supuestos de seguridad, la intervención de los agentes y la grúa en el recinto. También conflictos entre CTA y los taxistas y atascos interminables en horas punta. También situaciones cómicas. El Grupo Municipal de Foro preguntó por qué el Ayuntamiento permitía el «traslado» del Hospital si no tenía licencia, la responsable de la sección se agarró al entrecomillado para razonar por la tangente que el permiso municipal no puede alcanzar a esa mudanza, «sino a la ocupación del edificio careciendo de algún requisito para su puesta en uso». Y ahí sigue, pendiente de que se concluya el enlace.

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