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Adolfo Rivas, posa antes de la entrevista. PIÑA
«El sistema educativo tiene que dar respuestas a los menores en riesgo»

«El sistema educativo tiene que dar respuestas a los menores en riesgo»

Adolfo Rivas, director gerente de la Fundación Vinjoy ·

La Fundación Vinjoy celebra los 95 años de su constitución como referente nacional en la intervención socio educativa

CECILIA PÉREZ

OVIEDO.

Domingo, 10 de junio 2018, 03:00

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De Adolfo Rivas (Baracaldo, 1963) dicen que es «vasco y que cuenta chistes muy malos», pero eso no ha impedido que él y todo un equipo de profesionales hayan convertido a la Fundación Vinjoy, que preside desde 1997, en referente nacional en la intervención socio educativa con personas con sordera, discapacidad intelectual y trastornos de conducta o con menores en riesgo de exclusión. La comunidad social que integra esta institución será el eje de las jornadas conmemorativas que se celebrarán el 15, 20 y 22 de junio en la sede de la Fundación Vinjoy.

-Noventa y cinco años de comunidad social. ¿Qué significa esto?

-Mucha gente nos pregunta por qué celebramos el 95 aniversario y la respuesta es que lo hemos utilizado como disculpa.

-¿Qué quiere decir?

-Queríamos celebrar la comunidad social porque estamos muy felices de lo logrado estos años y en este momento, pero a la vez es muy duro y es nadar contra corriente, por lo tanto nos queríamos dar un abrazo comunitario, nos queríamos hacer una fiesta. La disculpa fue la conmemoración de este 95 aniversario de la constitución de la fundación.

-Habla de «nadar contra corriente». ¿Qué mar es ese al que tienen que hacer frente?

-La Fundación Vinjoy se presenta en este momento a nivel nacional e internacional como una experiencia de intervención socioeducativa de éxito en distintos campos y colectivos. Es una institución querida por Asturias, y eso se nota, pero no es lo más importante. Lo que importa es que tenemos un modelo de intervención propio, único y original con un poryecto muy ambicioso y valiente. Arriesgamos en las cosas que merecen la pena gracias a un equipo de profesionales y de compañeros que lucha todos los días y pone pasión. Esto es una suerte tan grande que si no tuviésemos todo lo que tenemos, lo conseguiríamos.

-¿Cómo es esa comunidad social?

-Incluye a todo aquel que se siente miembro de la comunidad, de este proyecto abierto de transformación social. Los profesionales que trabajan aquí, pero también las personas con discapacidad intelectual, con problemática de salud mental, el alumnado y los colaboradores. Una de nuestras características más importantes es que la comunidad es abierta.

-¿Qué significa?

-Comunidad abierta significa que no podemos pasar del ego individual a hacer un ego un poco más grande de un grupo de gente, sino que tiene que haber una constante apertura a la sociedad.

-Noventa y cinco años da para mucho, casi un siglo, ¿qué ha aportado la Fundación Vinjoy a la sociedad?

-Ha pasado por distintos momentos y épocas, desde asilo de huérfanos a colegio provincial de sordos. En 1997 me invitan a participar en este proyecto y me encuentro unas personas y una realidad apasionante. Empezamos una tercera época de la fundación que es la integración integral con la sordera y aquí la fundación ha jugado un papel importantísimo en el cambio de la realidad de la sordera a todos los niveles: sanitario, educativo, social, de la lengua de signos y la inserción laboral. Hemos construído un modelo único, que hemos aplicado a otros colectivos y por eso empezamos a trabajar con personas con discapacidad intelectual, problemática de salud mental y con trastornos de comportamiento y conducta, especialmente con menores en riesgo social.

-Están trabajando en un proyecto ambicioso con menores en riesgo. ¿Puede avanzar algo?

-Desde el programa 'Puente', que trabaja desde el planteamiento de servicios sociales y comunitarios, hemos visto que el sistema educativo es el marco en el que se tienen que dar respuestas a los adolescentes en situación de riesgo porque es dónde están. Nos hemos acercado a esa realidad y estamos haciendo una ambiciosa investigación sobre los menores en situación de riesgo que espero que dé unos resultados sorprendentes.

-¿Podría concretar algún dato?

-No, porque hasta finales de julio no tendremos las conclusiones. Pero sí que pensamos y deseamos que den lugar a una reflexión seria de lo que tiene que hacer la escuela con los adolescentes en riesgo.

-Cuando dice que el sistema educativo tiene que dar respuesta, es por qué no la da, por qué no hay medios o por qué no puede darla.

-Porque ni siquiera tiene una concpetualización clara de quiénes son esos adolescentes que precisan apoyo.

-Eso es muy grave.

-Es durísimo, pero no te puedo avanzar más.

-Cambio de tercio, entonces. Hablaba antes de la internacionalizaión del modelo socio educativo de la Fundación. ¿En qué consiste?

-Lo que nosotros hemos visto que funciona, lo queremos compartir y transmitir fuera de nuestras fronteras. Tenemos convenios en Italia para buscar voluntarios dentro del Servicio de Voluntariado Europeo (Erasmus) donde queremos que vayan personas con discapacidad como voluntarios. También tenemos un convenio firmado con la Universidad de Magdalena de Colombia para acompañarles en la creación de la Formación Inclusiva y la Integración Socioeducativa en su país.

-¿Cuentan con apoyo por parte de las administraciones locales o regionales?

-Participan de una forma importante, con el 50%, en el patronato, en el que está el gobierno del Principado de Asturias y está la iglesia. El presidente de honor del patronato es el Arzobispo. Esto tiene sentido porque hay espacios donde nos podemos encontrar todos, donde gente de distintas procedencias políticas y sociales se puedan encontrar en aquellos lugares de vulnerabilidad para evitar que se caiga en la exclusión y tenemos que encontrar respuestas nuevas y valientes, porque si la generosidad no la enfocas bien, puede hacer daño.

-¿Hay que evitar el paternalismo?

-Exactamente. En este momento, estamos corriendo al revés. Damos pasos pensando que avanzamos, pero estamos retrocediendo.

-¿Por qué?

-Hay que poner a la persona con toda su dignidad, trabajando en procesos para que deje de ser vulnerable no únicamente para que pueda soportar su situación mejor, sino para que pueda salir de ella. Esto requiere una respuesta comunitaria, porque no podemos cronificar estas situaciones desde un planteamiento paternalista, que a veces es necesario, pero que no puede ser la tónica general porque condenamos a estas personas y a sus hijos a que no puedan salir de ahí.

-Esto supondría un cambio en un modelo muy arraigado.

-El problema es que íbamos avanzando, pero lo coyuntural nos hizo olvidarnos de lo estructural y eso es lo que tenemos que cambiar. Esto requiere un proceso socioeducativo que exige a la persona que acompañas que sea el responsable de su recorrido. Nosotros en Vinjoy no hacemos asistencia y eso resulta menos vendible en unos momentos donde la inmediatez y los números importan tanto.

-Mucho trabajo por delante

-Es una lucha titánica. Nosotros cremos en la política, porque somos demócratas y pedimos más política, pero no a través de un plateamiento burocrático y estático, porque eso no permite el cambio. Necesitamos dar nuevas respuestas ante nuevas realidades y eso requiere valentía, requiere arriesgar y requiere política. Si hoy Vinjoy es el motor socioeducativo de Asturias es porque hemos arriesgado con la dignidad de las personas por delante.

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