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El Ayuntamiento evita el derribo de la pista deportiva de Olloniego

Un juez rechaza por extemporáneo el último recurso de la empresa que denuncia desde hace 26 años que invade sus terrenos

G. D. -R.

OVIEDO.

Lunes, 4 de diciembre 2017, 01:38

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Es el litigio más largo del Ayuntamiento. Tanto que Gabino de Lorenzo aún le estaba cogiendo gusto al sillón de su despacho de alcalde, donde apenas llevaba seis meses sentando, cuando se inició una pelea que solo ahora, 26 años después, toca a su fin y garantiza que el Ayuntamiento no tendrá que derribar la pista polideportiva de Olloniego. El juzgado de lo Contencioso Número 2 ha inadmitido por extemporáneo último recurso presentada por Construcciones Anta con el punto de mira puesto en el derribo de una instalación que, sostiene, ocupa parte de una finca de su propiedad y ha eliminado el acceso a esta.

La empresa, en realidad, recurría contra la negativa municipal, en 2012, a derribar el edificio, pero la historia se inició hace ahora justo 26 años. En 1991, la constructora presentó un interdicto de obra nueva para tratar de paralizar la obras del polideportivo que, por aquel entonces, llevaba a cabo y pagaba el Consejo Superior de Deportes. El pleito no prosperó. Tampoco un intento posterior en 1993, que confirmó la continuidad de las obras en aras del «evidente interés general» y la «solvencia de la parte demandada», el Estado. Todo ello dio continuidad al expediente de expropiación forzosa porque, en efecto parte de los terrenos de la constructora estaban afectados. Lo difícil era saber cuáles. La empresa solicitó un deslinde de forma paralela. Ambas partes dejaron las estacas colocadas y lo firmaron en 1993, pero no pudo elevarse a replanteo por nuevos desacuerdos.

Desde entonces. la lista de juicios, sentencias y reclamaciones se aproxima a la veintena. Solo en 2010, la Audiencia Nacional obligó al Consejo Superior de Deportes a indemnizar a la constructora asturiana con casi 265.000 euros, más los intereses legales de dos décadas. Aún así, la empresa siguió su batalla contra el Ayuntamiento ya que connsidera que el pabellón cierra el acceso a una serie de fincas edificables de su propiedad situadas más allá en las inmediaciones del conjunto medieval de la localidad. Ahora la puerta se le ha cerrado.

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