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El condenado por el descuartizamiento de su hermana en Oviedo, en libertad tutelada

El condenado por el descuartizamiento de su hermana en Oviedo, en libertad tutelada

Accedió al tercer grado el pasado otoño mientras que los otros dos condenados por el crimen de Vallobín, que afrontaron penas de más de 50, años cumplen sus condenas fuera de Asturias

JUAN CARLOS ABAD

Martes, 15 de mayo 2018, 18:28

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Desde el pasado otoño, Pablo Blanco, uno de los tres condenados por el descuartizamiento de su hermana, María Luisa Blanco, vive en régimen tutelado en Pumarín. Una vez cumplidos ocho de los diez años de prisión a los que fue sentenciado, logró informes favorables de la junta de tratamiento del penal de Asturias y actualmente disfruta de su libertad tratando de rehacer su vida.

La suya es la primera excarcelación de un caso que conmocionó al barrio de Vallobín en junio de 2009. Los otros dos condenados, el cerebro del espeluznante asesinato de la joven, Jesús Villalibre, fue condenado a 77 años de cárcel. Sobre Cristian Mesa, el tercero de los que participaron en la muerte de María Luisa pesan 62 años. Ambos cumplen condenas en penales alejados de Asturias.

El abogado de Blanco, Fernando de Barutell confirmó ayer la situación de libertad de su defendido y destacó su buen comportamiento durante sus años de internamiento. No es la primera vez que el hermano de la asesinada vive en situación tutelada. Ya en 2015 disfrutó de permisos penitenciarios que pasó junto al personal de la Fundación Albéniz. Fiscalía, durante el juicio, consideró que con una minusvalía reconocida también era víctima del maltrato que los otros dos condenados, Villalibre y Mesa, infligían a la familia en el piso de la calle Mariscal Solís.

Durante el juicio, la familia de Blanco peleó por su inocencia y tras una primera sentencia que le condenaba a 28 años de cárcel, el Supremo aceptó parcialmente las pretensiones de la defensa entendiendo que también era una víctima y que en el momento del fatal desenlace podría «haber tenido anulada completamente su voluntad».

Aquella noche de San Juan de 2009 los macabros juegos se les fueron de las manos. Tras horas de vejaciones con las que Jesús y Cristian se ensañaban con la víctima, aquel día intentaron estrangular a la mujer. Luego le vaciaron una botella de whisky. Luego la descuartizaron.

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