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Los detenidos robaban las joyas de los cadáveres, tras su exhumación para ser trasladado al osario, que se ve en la imagen. A. P.
«No tenemos control sobre el cementerio al estar privatizado»

«No tenemos control sobre el cementerio al estar privatizado»

El Ayuntamiento recuerda que la gestión del camposanto responde a una concesión a una empresa privada por cincuenta años

CECILIA PÉREZ

OVIEDO.

Sábado, 30 de septiembre 2017, 02:16

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El Ayuntamiento se desmarca del robo de joyas y piezas dentales de oro a cadáveres del cementerio porque la gestión del camposanto está en manos privadas. Anteayer se supo que cuatro trabajadores de El Salvador fueron detenidos por la Policía Nacional por un delito de apropiación indebida continuada y profanación de cadáveres. Tras prestar declaración fueron, puestos en libertad con cargos y se encuentran a la espera de juicio.

Cristina Pontón, concejala delegada de Gestión del Patrimonio, en el que se enmarca el cementerio municipal, aseguró que «no tenemos control del cementerio al estar privatizado», apuntó. La edil de Izquierda Unida. Se escudó en una realidad que lleva vigente veintidós años, el tiempo que la empresa concesionaria del cementerio lleva desarrollando su gestión. Le quedan por delante otros veintiocho ya que la concesión se otorgó por cincuenta años. «El cementerio lleva privatizado veintidós años», ahondó la responsable de Patrimonio.

  • El delito Los cuatro detenidos se enfrentan a un delito por apropiación indebida continuada y otro por profanación de cadáveres.

  • Los robos Se producían en el momento de la exhumación de los cadáveres al osario general del cementerio.

  • El botín Los detenidos, en libertad con cargos, se llevaron joyas y piezas dentales de oro por las que obtuvieron once mil euros.

  • Las consecuencias La empresa concesionaria del cementerio abrió un expediente informativo a los empleados y los apartó de sus puestos de trabajo.

Con todo, el Ayuntamiento no se ha quedado con los brazos cruzados y ya ha remitido una carta a la concesionaria del cementerio exigiéndole una explicación a un suceso «macabro», como lo calificó Cristina Pontón. «Como mínimo nos tienen que explicar cómo se llegó a esta situación y por qué se mantuvo tanto tiempo. Dentro de lo poco que podemos hacer es pedir explicaciones», argumentó.

Sobre si el Ayuntamiento tiene potestad para amonestar a la empresa por estos hechos, se mostró prudente: «Tenemos que analizar concienzudamente los pliegos de condiciones para ver si existe algún tipo de responsabilidad por parte de la empresa pero, en todo caso, esto es una cuestión penal y no administrativa», apuntó.

Los trabajadores

La empresa concesionaria del cementerio municipal abrió un expediente informativo a los cuatro trabajadores detenidos por los robos a los cadáveres. Lo hizo nada más tener conocimiento de la noticia. Por este motivo, los empleados tendrán que comparecer ante los responsables de la empresa, en respuesta a ese expediente, según marca la normativa laboral. «Hemos abierto un plazo de alegaciones para que nos expliquen qué ha ocurrido, por ello, acudirán el lunes a la empresa para explicar su situación», confirmaron fuentes cercanas al caso. Este proceso administrativo es independiente a la vía judicial que lleva el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia. Precisamente, fuentes de la concesionaria ya adelantaron que se presentarían como acusación particular.

Por otra parte, ni a la empresa concesionaria del cementerio ni al Ayuntamiento ni siquiera a la Policía Nacional ha llegado ninguna denuncia relacionada con los robos de joyas y piezas dentales de oro a los cadáveres. En este sentido, tanto la empresa como la Policía coinciden en que es «difícil» que pueda darse el caso. Además, sería «casi imposible determinar las procedencia de esas joyas», aseguraron fuentes policiales.

Los cuatro detenidos lograron un botín de 11.000 euros con la venta en establecimientos de compra y venta de oro de las piezas sustraídas, una práctica que llevaban haciendo «desde hace años», informó la Policía Nacional. Aprovechaban las exhumaciones de los cadáveres para su traslado al osario general del cementerio para robarles pulseras, alianzas, anillos y, lo más llamativo, fundas y piezas dentales de oro.

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