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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Miércoles, 7 de marzo 2018, 04:09
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Albani Ocoroente y su familia están viviendo un calvario. El lunes por la mañana, la Policía Nacional detuvo en la losa a su hijo, Jonathan Steven, y a su sobrino, Jesús David, que habían salido a vender unos muebles de su peluquería. Ninguna tiene papeles, y sobre David pesa una sentencia de expulsión que fue recurrida recientemente y contra Steven hay un procedimiento administrativo de deportación. Su situación no estaba resuelta definitivamente, pero ambos serán expulsados a Colombia, país donde «están amenazados de muerte», según advirtió ayer Albani Ocoroente arropada por sus familiares.
«Hace cuatro meses asesinaron a mi sobrino por ser aficionado al Deportivo Cali y ellos también son seguidores de este club. Su vida está en peligro y en nuestro país solo tienen a mi madre que es muy mayor», lamentó. Para evitar su repatriación, la familia recurrió al abogado Juan Ignacio Castañó, quien presentó una medida cautelar para paralizar el proceso, que poco después fue rechazada por el titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3, Miguel Carbajo.
«El Gobierno español ha programado un vuelo para expulsar a los inmigrantes que están en los Centros de Internamiento Extranjeros (CIES) y en las cárceles. Como no llenan el avión han optado por las repatriaciones exprés y hoy serán expulsados», dijo Eduardo Romero, representante de la plataforma por el cierre de los Centros de Internamiento Extranjeros (CIES).
La decisión del juez fue un mazado para la familia. Destacan que a estos dos jóvenes solo les restaban seis meses para iniciar la tramitación para obtener los papeles.
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