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efe
Lunes, 11 de diciembre 2017, 17:07
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Un hombre de 44 años se enfrenta mañana a una pena de once años de prisión por su presunta implicación en el abuso de una joven menor de edad a la que previamente habría drogado en un piso de la capital asturiana.
Los hechos por los que será juzgado mañana, 12 de diciembre, en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Asturias, se remontan al 3 de septiembre de 2016 cuando la víctima, de 17 años salió del centro de acogida junto a otra chica de 16 años y tres más de 14 años que también residían en el mismo establecimiento.
Al parecer, las cinco jóvenes se fueron con el novio de una de ellas hasta la casa del procesado que les ofreció unos porros de marihuana que se fumaron entre varios, incluida la víctima.
El acusado también les dio de beber vodka y les ofreció "una sustancia desconocida, a la que se refería como "M", polvillo que mezcló con la bebida y que las menores tomaron, según el relato del fiscal.
Como consecuencia de todo lo consumido, la presunta víctima de la agresión comenzó a "encontrarse muy mal, mareada, con vista borrosa y náuseas", por lo que sus amigas la acostaron en la cama del procesado donde se quedó dormida, circunstancia que aprovechó el procesado para quitarse la ropa y abusar sexualmente de ella, según el relato del ministerio público.
Al despertarse la chica, se lo quitó de encima y le contó lo ocurrido a dos de las otras chicas con las que volvió al dormitorio y volvió a echarse en la cama porque seguía encontrándose mal, momento en el que el procesado trató otra vez de mantener sexuales con ella.
Según el fiscal, la chica logró evitarlo y se fue del piso con sus amigas, con las que volvió la noche siguiente de nuevo al piso del procesado, aunque en esa ocasión ni bebió alcohol ni fumó marihuana por temor a sufrir de nuevo una agresión.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de abusos sexuales, por el que reclama una pena de siete años de prisión, así como de un delito contra la salud pública, por el que interesa cuatro años más de cárcel.
También pide que se le obligue a participar en un programa formativo tendente a prevenir los delitos contra la libertad e indentidad sexual, así como la prohibición de comunicarse por cualquier medio o procedimiento y de aproximarse a la víctima a menos de 300 metros durante un plazo de 7 años y 16 días.
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