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El edificio número 1 de la calle Doctor Fleming y donde vivían César Llana y Agapito López. MARIO ROJAS
El hostelero César Llana falleció el viernes mientras preparaba la cena

El hostelero César Llana falleció el viernes mientras preparaba la cena

Su compañero Agapito López, de 83 años y que está impedido, continúa ingresado en el hospital tras permanecer casi tres días desatendido

ROSALÍA AGUDÍN

OVIEDO.

Miércoles, 25 de abril 2018, 02:27

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César Llana, de 58 años y cocinero de la antigua sidrería La Aldea, salió de su domicilio en la céntrica calle Doctor Fleming el viernes por la tarde para ir a la pescadería. Regresó poco después a la vivienda, que compartía con su compañero y también hostelero Agapito López, de 83 años, al que cuidaba al ser totalmente dependiente. Mientras el anciano estaba descansado en su habitación, él fue a la cocina, puso la olla en el fuego para hacer unos calamares pero de forma repentina falleció. Su muerte, según reveló ayer la autopsia y confirmaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía, se debió a causas naturales.

Agapito López no se enteró de lo ocurrido. Impedido, permaneció durante prácticamente tres días sin ningún tipo de atención, sin moverse de la cama e incapaz de poder coger un teléfono para pedir auxilio. Nada hacía presagiar el drama hasta que el lunes, a las tres de la tarde, un amigo fue a almorzar con ellos a la céntrica vivienda. Al comprobar que nadie contestaba y que las llaves estaban metidas por dentro en la cerradura, avisó a los bomberos, que rompieron la cerradura y se encontraron con el fatal desenlace: César Llana yacía tirado en la cocina y Agapito López continuaba inmóvil en su dormitorio.

Tras el levantamiento del cadáver, el viernes por la tarde fue trasladado en ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde permanece ingresado. Mientras, ayer por la tarde el cuerpo sin vida de su compañero fue incinerado en la intimidad familiar.

Los vecinos de la calle Doctor Fleming, 1, situado al lado del colegio Gesta I-II, seguían ayer muy impresionados. Recordaron que el viernes por la tarde olieron ha quemado, miraron por sus viviendas y en las zonas comunes del edificio, pero no encontraron humo. El origen del olor procedía de la olla que Llana había puesto al fuego para hacer la cena antes de fallecer, y que quedó hecha añicos sin, por suerte, originar un incendio.

Los residentes en el inmueble, entre los que se encuentra la cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve, destacaron el buen carácter de Llana: «Era una persona agradable, charlatana y que solía tomarse la vida con humor», coincidieron. Afable, siempre que se encontraba con alguien en el portal le contaba algún episodio del ganado que tenía en un pueblo de Las Regueras.

A esta localidad acudía casi a diario, por eso a un vecino le extrañó que durante el fin de semana no moviese su furgoneta del garaje. Tampoco llamó a sus familiares, como hacía cada domingo.

César Llana y Agapito López habían residido en Suiza varios años, y a su vuelta, según contó el vecindario, regentaron un establecimiento hostelero en el centro; después montaron un negocio en la parte alta de la ciudad y finalmente se encargaron de la Sidrería La Aldea, que estaba en la calle Guillermo Estrada. Allí ofrecieron durante unos treinta años cocina típica asturiana: «El establecimiento cerró cuando López se puso muy enfermo. Él era el que cocinaba y cuando comenzó a tener problemas médicos le tomó el relevo Llana», detalló uno de los clientes de este local, ahora reconvertido en un negocio de fisioterapia.

El presidente de la Asociación de Vecinos de El Cristo, Buenavista, Montecerrao y Llamaquique, Ramón del Fresno, conoció La Aldea y también la cafetería Bahía, que tanto Llana como López habían regentado previamente en la calle Fuertes Acevedo número 8: «Eran conocidos en el barrio desde hace varios años», apuntó.

Una peña oviedista

La Aldea siempre se llenaba cuando había fútbol y especialmente no cabía un alfiler cuando jugaba el Real Oviedo. Tantos aficionados se juntaban en el local que llegaron a formar una peña, que recibió el nombre del exjugador y actual representante de Relaciones Internacionales del club, César Martín, quien ayer lamentó el fallecimiento de Llana y recordó a López: «Les conocí durante mi época como futbolista y me apoyaron mucho», agradeció.

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