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Fernández-Alú en su notaría. M. ROJAS
«El año pasado se produjeron en Asturias 1.636 renuncias a herencias»

«El año pasado se produjeron en Asturias 1.636 renuncias a herencias»

Esteban Fernández-Alú - Notario, distinguido con la Cruz de San Raimundo ·

«En la contratación pública se nos apartó, si pensaban en ese nivel de corrupción, cuantos menos vean, mejor»

DANIEL LUMBRERAS

OVIEDO.

Lunes, 22 de enero 2018, 00:26

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El decano del Ilustre Colegio Notarial de Asturias -en su segundo mandato desde noviembre-, Esteban Fernández-Alú, acaba de recibir del Gobierno la Cruz de San Raimundo de Peñafort, distinción prestigiosa a los juristas. Ejerce la profesión desde 1977 y preside el Ateneo de Oviedo.

-¿Cómo recibe esta Cruz?

-Con sorpresa, nunca creí que me fueran a dar una condecoración. Un día llegó una carta. Bienvenida sea.

-¿Hay más notarios ovetenses con esta distinción?

-Hubo alguno, concretamente mi preparador, Justino García Bernardo, que murió joven. La Cruz no se la dan a todo el mundo, pero tampoco es una cosa única.

-¿Cómo está la profesión?

-Tiene una ligera mejoría, superficial, en cuanto a que la crisis no pasó, pero es menos virulenta. Los problemas de fondo siguen existiendo.

-¿Cuáles son?

-El Derecho de origen romano se está viendo muy invadido por el sajón, que no deja de ser más primitivo. No sé si el Brexit se acabará de consolidar, sería una ventaja la unificación. Por otra parte, hay una serie de poderes fácticos en contra: instituciones políticas, bancos, grandes empresas, macrodespachos de abogados... El notariado tuvo épocas brillantes y otras menos. El ejercicio de la profesión sigue siendo el mismo, pero el ambiente y las presiones son otros. No puede jugar el papel que en otros tiempos desarrollaba para que vaya perdiendo prestigio y poder eliminarlo.

-¿Qué funciones hacía y ya no?

-En el fondo no nos quitaron ninguna; nos dieron más, que en general son complicadas. Al notario se va de forma voluntaria y muchas dan poco o ningún dinero.

-¿Qué interés puede haber en apartar a los notarios?

-En la contratación pública se nos apartó mucho ya hace años. Si tenían pensado ese nivel de corrupción, cuantos menos vean, mejor. Los 'protestos' (aviso cuando no se paga una letra de cambio), que en teoría los podemos hacer, en la práctica los hacen los bancos. Que lo haga el propio interesado en el negocio resulta escandaloso. Eso supuso una pérdida de ingresos. Además, están los intentos de la banca de hacer las escrituras de hipoteca en documento privado; a lo mejor logran saltar la barrera. Esto no se hace porque los notarios caigamos mal a la gente, es porque los derechos del ciudadano tienden a disminuir. El notario siempre fue un protector, estorba su función.

-¿En el asunto de las cláusulas suelo faltó la protección del notario?

-No faltó ninguna porque es una de las cláusulas más sencillas de una hipoteca. A cualquier persona que se le diga que el interés es variable y por mucho que baje, no bajará de tanto, lo entiende cualquiera. Si no, el problema es mucho más grave, porque entonces no podría firmar la hipoteca, sería un señor claramente incapaz. Habría que nombrarle un tutor. Que digan que ningún notario leyó las cláusulas y todo el mundo es tonto para salir de una crisis no parece una solución brillante.

-Pero está habiendo anulaciones, con juzgados 'ad hoc'.

-Claro, el que puede lo hace. Si los que no pueden pagar la hipoteca son pocos, se aguanta. Pero si son una masa, producen un descontento social y se trata de darle una solución. No digo que no se le dé, pero que sea más coherente con la realidad. En vez de subvencionar a los bancos, a los particulares. Es verdad que ahora las hipotecas se hacen menos sencillas, porque se hacen con minuta de los bancos. Ahora la gente sabe idiomas, pero no tiene...

-¿Comprensión lectora?

-Sí, ni sentido común.

-¿En la oficina, ha notado reactivación del mercado inmobiliario?

-Muy tenuemente. Aquí se pasaron épocas de estar meses y meses sin pasar un piso o un chalé y ahora todos los meses se vende alguno. No se volvió a la situación anterior a la burbuja, ni muchísimo menos.

-¿Las renuncias a las herencias siguen al alza?

-Siguen boyantes. Es una cosa que antes prácticamente nunca se hacía y ahora se hace con frecuencia. El año pasado en Asturias hubo 1.636 renuncias.

-¿Influye el Sucesiones?

-Sí, pero no solo eso. En herencias pequeñas, muchas veces es (una deuda con) el ERA (Establecimiento Residencial para Ancianos). En otros casos, son inmuebles y el que hereda no tiene liquidez porque el mercado está como está.

-¿Sigue pensándose que haces testamento cuando vas a morir?

-No digo que no haya quien tenga miedo, pero eso que hace 30 años era frecuente desapareció.

-El Ayuntamiento remueve las propiedades de la Iglesia para cobrar por los edificios sin culto.

-Hay otros organismos exentos. No me parece bien: la Iglesia tiene unos bienes que, aparte de al culto, los destina a muchas actividades sociales. Si tiene menos dinero, hará menos. Se puede decir: pero tendrá más la Administración. Sí, pero administra mucho peor, es indiscutible.

-Habrá gente que lo discuta.

-Los que piensan que esa parte de dinero va a ir a ellos. En Cáritas con 1.000 euros hace maravillas; la Administración no tiene ni para pagar al funcionario.

-¿La iglesia se aprovechó de las inmatriculaciones?

-Tenía una facultad y la ley que la beneficia y la utilizó, como cualquiera. La Administración tiene muchos privilegios. Está al servicio de los ciudadanos en la práctica, pero eso que sale en las películas del señor que viene a pedir a los siervos el cerdo, sigue existiendo... Ahora es más sofisticado, con ordenador.

-¿Cómo está el Ateneo?

-Está pasando por un momento no especialmente bueno. Es muy presidencialista en contra de mi voluntad, me encantaría que la gente fuera participativa. Si tengo tiempo y no me acosan las administraciones, funciona. Pero volverá a mejorar.

-¿Ha mejorado mucho el panorama cultural?

-Desde el punto de vista musical había alcanzado un nivel muy alto y se mantiene con un descenso, aunque sigue siendo muy bueno para el tamaño de la ciudad. En exposiciones, Asturias nunca fue una potencia. Si se compara Oviedo con Madrid, musicalmente hay poca diferencia; en cuestión de exposiciones, es abismal. En otras actividades no me parece que el Ayuntamiento ni el Gobierno regional tengan un criterio claro. Aquí no se hace nada con un plan estratégico a largo plazo. Se piensa cuándo hay elecciones, se va a bandazos.

-¿Cómo ve el centro de la ciudad?

-Vive de rentas. En un momento se puso bien y no se deterioró mucho. Oviedo era de las ciudades más limpias del mundo y empeora.

-¿Qué tal su segundo mandato?

-Era mejor el primero, había más vitalidad. El notariado está en la sociedad, y si la sociedad empeora...

-¿Empeorando por qué?

-Generalmente el que sustituye a alguien es peor que el anterior. Renegábamos de Aznar y González y ahora decimos: ¡Ojalá volvieran!

-¿Piensa en la jubilación?

-No pienso, llega. La profesión ha cambiado y si hubiera visto el futuro, a lo mejor no hubiera hecho las oposiciones (ríe).

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