¿Estás pensando en hacer una dieta?

La dietista-nutricionista Susana Sánchez da las claves para que una dieta de adelgazamiento sea efectiva, saludable y apetecible.

-¿Qué debemos tener en cuenta antes de iniciar por nuestra cuenta una dieta?

-Lo primero, que no todas las dietas valen para todos. Hay que tener en cuenta las características físicas y condiciones de cada persona, y a partir de ahí definir unos objetivos realistas. Por eso fracasan todas las dietas milagro y otros regímenes que se encuentran por Internet.

Antes de someterse a una dieta de adelgazamiento es necesario un estudio previo de la persona que incluya una medición de la composición corporal de la persona: masa muscular, masa grasa y agua, no solo se tendrá en cuenta el IMC (índice de masa corporal) sino la constitución real de cada persona, tomando parámetros fundamentales como la edad, sexo y actividad física. Esto solo lo puede hacer un dietista-nutricionista, que es la persona que va a enseñarte qué, por qué y en qué momento debes comer cada cosa para que te aporte el mayor beneficio.

- ¿Qué busca el paciente que acude a su consulta?

-Por lo general, las personas que se ponen en manos de un nutricionista lo hacen con la intención de buscar un cambio en la alimentación y que se prolonguen los buenos hábitos adquiridos lo máximo posible. No se trata de darle al paciente una dieta y que se marche para casa hasta la siguiente cita. La educación nutricional es el principal objetivo del nutricionista: recomendar recetas que puedan encajar en el estilo de vida de nuestros pacientes y descubrirle nuevos alimentos y técnicas que ayuden a que la dieta no sea monótona, sino apetecible.

Esto unido al apoyo psicológico y la firmeza del compromiso que adquiere la persona con el médico especialista es la clave del éxito de una dieta de adelgazamiento.

-¿Cuál es el error más común que cometemos cuando nos ponemos a dieta?

-Hay muchos, pero uno muy frecuente es cenar solo fruta. Es cierto que debemos intentar hacer cenas ligeras, pero esto no quiere decir que debamos comer exclusivamente fruta. De hecho, el nutriente principal de la fruta es la fructosa, un hidrato de carbono que aporta energía inmediata y que de no ser gastada rápidamente acabará transformándose en grasa, pasando a formar parte de nuestras reservas. Por lo tanto comer varias piezas de fruta por la noche puede fomentar el efecto contrario al deseado.

-¿Qué hay de cierto en que hay que hacer 5 comidas al día para perder peso?

-Todo depende de los horarios y costumbres de cada persona. Pero hablando de forma generalizada, cuando hacemos cinco comidas al día el organismo tiene de forma constante energía, lo que le vale para no almacenarla y evitar que entre comidas aumente de forma notable la sensación de apetito, algo que hará que comamos menos y que no nos apetezcan tanto los alimentos más calóricos. No se trata de hacer cinco comidas copiosas, sino de fraccionar la toma de alimentos diaria en cinco veces, de forma lógica y ordenada

-Ahora están de moda los superalimentos. ¿Hay que incluirlos en la dieta?

-Actualmente hay un alimento que se ha convertido en imprescindible: la Quinoa. Es una semilla que se cocina como un cereal, que contiene mucha proteína y grasas monoinsaturadas, destacando la presencia de omega 6 y omega 3, además de vitaminas y fibra. Es un alimento con un alto poder saciante en la dieta para la pérdida de peso, y regulador del estreñimiento. Pero no quiere decir que sirva para perder peso sin esfuerzo. Es un ayudante.

Asimismo, las semillas de Chía, por su alto contenido en fibra (un 30%) pueden jugar un papel importante, tanto en la dieta como en el estreñimiento.

Tampoco hay que olvidar emplear especias, que se han utilizado desde siempre para fines medicinales, como el jengibre, la pimienta o la canela.

-Algún otro consejo para quien está a dieta.

-Una frase que me gusta mucho utilizar es: ‘Acude más al mercado y menos al supermercado’ Hay que intentar huir de los alimentos ultraprocesados y por el contrario, aumentar la ingesta de verdura y fruta. El 50% del plato tiene que contener verdura, y combinar el 50% restante con legumbres, carne, pescado, pasta o huevos.