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Martes, 31 de octubre 2017, 00:32
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Lucía Jiménez telefonea para quejarse por la suciedad en la piscina de El Cristo. «Algunas mujeres se lavan el pelo y lo que les cae, lo dejan en los lavabos. Esto hace que esté lleno de porquería y que no se puedan usar hasta que pase la limpiadora, cuya tarea no debería ser esta, sino mantener las instalaciones».
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