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 Salida. El Santo Cristo Flagelado, honrado con flores rojas, amarillas y moradas, además de hojas verdes, fue el primero en abandonar la iglesia de Santa María la Real de La Corte.

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Salida. El Santo Cristo Flagelado, honrado con flores rojas, amarillas y moradas, además de hojas verdes, fue el primero en abandonar la iglesia de Santa María la Real de La Corte.

Un silencio «emocionante»

La Banda municipal se estrena en la procesión del Martes Santo

D. LUMBRERAS

OVIEDO.

Miércoles, 28 de marzo 2018, 02:35

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Cientos de personas se apostaron en los alrededores de la iglesia de La Corte ayer para asistir a la procesión de El Silencio, que un año más salió con unos minutos de retraso y un sol espléndido. En muchos rostros se veía la devoción contenida y en algunos, hasta los ojos humedecidos. Así lo resumía Inés Alicia Baizán, ovetense que repetía a la hora de ver este paso: «La encuentro muy bonita, sobre todo la Virgen. Es emocionante para el que cree».

Precedido por varios cofrades con una cruz, señoras con mantilla y efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, y entre aplausos y los acordes del Himno de España, dejó el templo la primera de las imágenes, la Santa Cruz Desnuda. A continuación, junto con los cofrades, dos niñas llevaban dos instrumentos de la Pasión: el flagelo y los dados con los que los soldados se jugaron las ropas de Cristo.

La presencia juvenil era destacada tanto entre los pequeños procesionarios, como entre el público y también en la Agrupación Musical Sagrado Corazón de Jesús, que actuaba en su segunda Semana Santa. Pero muchos de sus componentes debutaban, como las tamborilera Paula Álvarez: «Hay nervios al principio, pero estamos orgullosas de hacer esto. Llevamos todo el año ensayando». Comentaba que era una «suerte» disfrutar de tan buen tiempo y tanta concurrencia. «Vengo porque me gusta todo, la procesión y la música», contaba su colega Cynthia Alameda.

La segunda imagen en salir fue el Cristo de la Santa Cruz, al que siguió la Banda de Cornetas de la Piedad. A continuación, la Virgen de la Amargura, la más esperada, con su manto morado y sus cuarenta cirios, recibió dos salvas de aplausos. Con ella, tocando marchas solemnes como el 'Mater mea' en honor de la Madre de Dios, desfiló la Banda de Música Ciudad de Oviedo, que acompañaba por primera vez a esta procesión. «Nos hace mucha ilusión procesionar, y más con este tiempo tan agradable», declaró su director, David Colado.

Cayó la noche y la comitiva siguió la vuelta a La Corte en el más riguroso de los silencios.

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