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Un momento de la actuación de La Oreja de Van Gogh, con Leire Martínez en el centro, en la plaza de la Catedral.

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Un momento de la actuación de La Oreja de Van Gogh, con Leire Martínez en el centro, en la plaza de la Catedral. PIÑA

El buen pop nunca muere

La Oreja de Van Gogh entusiasma con sus canciones de ayer y de hoy | El grupo estuvo escoltado por el folk de Corquiéu y el reggae de Green Valley en la primera noche de las fiestas mateínas

DANIEL LUMBRERAS

OVIEDO.

Sábado, 16 de septiembre 2017, 02:00

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«Buenas noches Oviedo, bienvenidos a nuestro 'Planeta imaginario'». Así saludaron los componentes de La Oreja de Van Gogh al comienzo de su concierto de San Mateo, muy esperado en la primera noche mateína. Tras más de veinte años sobre los escenarios, el conjunto pop donostiarra prácticamente llenó la plaza de la Catedral.

La actuación tuvo un comienzo emotivo con 'Estoy contigo', un tema de su último disco con el que la banda quiere acompañar a amigos y familiares de los enfermos de alzhéimer. Entre las canciones recientes sonaron 'Intocables', 'Diciembre' y 'Pálida luna'. Pero el público estaba ávido de clásicos, como 'Muñeca de trapo', 'Rosas', '20 de enero', o la melancólica 'El último vals'. Y, cómo no, 'Cuídate'. «Cierra la puerta, ven y siéntate cerca, que tus ojos me cuentan, que te han visto llorar», coreó el público.

La lluvia dio un respiro, pero no la temperatura. «¡Qué frío hace en este pueblo, oiga! ¡ Qué fabes para entrar en calor!», dijo Leire Martínez, la cantante del grupo. Pero fue la música la que arropó al público.

La actuación de La Oreja de Van Gogh se enmarca dentro de su gira 'Planeta imaginario', con la que desde el pasado diciembre promocionan su último disco. Un recorrido exitoso durante el cual han llenado en varias ocasiones los recintos en los que actuaron en España y en Estados Unidos. Y Oviedo no fue menos.

El escenario se estrenó ayer al más puro estilo astur. La banda de folk riosellana Corquiéu abrió el programa musical de San Mateo, con temas de sus tres discos -La Barquera', 'Salia' y ¡Suaña'-. A las once, cuando ellos daban el relevo, comenzaban también los sonidos atlánticos tradicionales en la plaza del Paraguas, a cargo de Cerezal.

El conjunto vasco dio paso a la banda vasco-catalana de reggae y dancehall Green Valley, con unas canciones marcadas por la crítica social al mundo contemporáneo. No así su estancia, pues salieron enseguida para su próximo concierto, que será esta boche en Binéfar (Huesca). Sirve de despedida de nuevo una letra suya: «Tu cuídate, aquí yo estaré bien. Olvídame, yo te recordaré». O, directamente, un título que invita al regreso: 'Puedes contar conmigo'.

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