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María Suárez y Lucía Álvarez, frente al Ayuntamiento de Oviedo. Mario Rojas
Fiestas de San Mateo en Oviedo: «Es un orgullo tirar el chupinazo»

Fiestas de San Mateo en Oviedo: «Es un orgullo tirar el chupinazo»

Las capitanas del Real Oviedo y Oviedo Balonmano darán inicio a San Mateo 2017

Juan Carlos Abad

Miércoles, 13 de septiembre 2017, 15:44

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María Suárez y Lucía Álvarez tienen bastante en común. Mujeres, deportistas, llevan más de tres lustros en sus respectivos equipos de fútbol y balonmano y son sus capitanas. Saben también lo que es lesionarse de gravedad y luchar para volver al mismo nivel de antes. Además, aunque la posición difiera en ambos juegos, las dos se desempeñan de centrales.

Las centrales suelen mandar. Bien para tirar el fuera de juego con los pies, bien para trenzar la jugada ofensiva con las manos. El próximo viernes a eso de las ocho de la tarde mandarán a miles de ovetenses a pasárselo en grande durante más de una semana. Junto con sus compañeras del Oviedo Moderno, desde hace unos días Real Oviedo Femenino, y del Balonmano Oviedo Femenino, lanzarán el chupinazo anunciador de San Mateo 2017.

Ambas coinciden en que es «un orgullo» recibir la llamada del Ayuntamiento pero todavía no le han dado muchas vueltas al momento que vivirán luego de que el periodosta Sid Lowe pronuncie el pregón. «Hablando con María me ha dicho que de su equipo van a venir todas», comentaba Álvarez. «Nosotras todavía no hemos organizado nada», añade. «Pero algo tendremos que hacer, no voy a venir yo sola».

«La nuestra es la última fiesta del verano, la ciudad se llena degente y de jolgorio»

María Suárez

«Saber que íbamos a ser las protagonistas tirando el chupinazo fue una grata sorpresa» cuenta Suárez. «Al final es una oportunidad para que el fútbol femenino sea más visible. Que se nos reconozca más en todo el Principado». Algo en lo que también está de acuerdo Álvarez en lo tocante a su equipo. «Recibí la llamada del presidente del club y fue una sorpresa. Un reconocimiento para el deporte femenino».

La capitana del Real Oviedo es enfermera de profesión y su contraparte del balonmano, profesora. Saben que cuesta compaginar estudios y trabajo con unos entrenamientos cuasi profesionales –entrenan más días a la semana de los que descansan– y los largos desplazamientos, pese a ser deportistas amateurs. Por lo que la llamada del Consistorio ovetense para que lancen el cohete servirá para ensalzar la esencia del deporte que vive aún en equipos y disciplinas ajenas al ruido.

«La pretemporada ha sido dura pero se lleva porque es lo que a una le gusta hacer», dice Suárez. «Ojalá pudiera vivir del fútbol pero al final te das cuenta de que deporte que más te gusta es el de verdad, el de once contra once, en el que no hay trampa ni cartón y lo que pasa en el cesped se queda en el cesped», razona.

«Con los entrenamientos no nos da tiempo a casi nada en fiestas pero trataremos de disfrutar»

Lucía Álvarez

Álvarez cuenta, por su parte, que el año pasado se quedaron a un gol de lograr el ascenso a la División de Honor del balomano español. «Con repetir el resultado de llegar a la fase de ascenso sería una buena temporada pero si podemos superarlo, mejor». Tanto el Balonmano Femenino como el Oviedo Moderno son clubes que se nutren de sus canteras. Escuelas de vida. Las jugadoras senior entrenan a las más pequñas que tienen en ellas espejos donde mirarse.

De las fiestas de San Mateo, Suárez destaca «el buen ambiente y la gente por la calle. Es la última fiesta del verano y se aprovecha». Aunque ellas podrán salir poco a salsear. «Somos un club serio y hay que respetar lo que estamos haciendo», añade. Además, este año llevan el nombre del Real Oviedo por lo que espera que se sumen apoyos y ánimos de los aficionados carbayones.

Álvarez, por su parte, recuerda que de más pequeñás «sí que podíamos salir más pero ahora no da tiempo a casi nada. Cada una con sus obligaciones y por la noche al entrenamiento que nos coincide con los conciertos. Espero que el día de San Mateo, podamos hacer algo más».

Vivirán, quizás, unas fiestas más tranquilas que el resto de la juventud de la ciudad pero subirán al balcón el primer día. Eso que llevan por delante. Eso que se ganaron en el campo. Luego, la vida, por mucho San Mateo que dicte el calendario y por mucho chiringuito, sigue. Y hay que entrenar.

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