Borrar
¿Qué mensajes le estás mandando a tu hijo?

¿Qué mensajes le estás mandando a tu hijo?

Comentarios reiterados pueden encerrar un significado oculto que el niño interpreta y le conformarán su 'guion de vida'

amparo estrada / raquel bendala (Psicóloga)

Sábado, 13 de mayo 2017, 01:23

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cualquier aspecto en la comunicación entre un padre o madre y un hijo está dotado de significado. Los padres mandan mensajes a sus hijos constantemente, que son captados por los menores como prohibiciones, permisos u obligaciones. Se trata de algo casi inconsciente pero que va, poco a poco, conformando la identidad del niño.

Por ejemplo, imaginemos un niño que está en el parque con su madre y se acerca un perro. Cuando el niño va a tocar al perro, la madre dice "¡no!". Aunque probablemente nosotros no le demos mayor importancia, el niño sí puede recibir o entender diversos mensajes: "los perros son peligrosos, ten cuidado", "no lo hagas sin pedir permiso primero", "no tengas iniciativa", "no te separes de mi" Son mensajes distintos que, sin darnos cuenta, estamos mandándole con un simple "¡no!". Obviamente, esto sólo repercutirá en la identidad del niño si es algo repetido en el tiempo. Además, si después de ese "no" viene una argumentación lógica, estaremos controlando el mensaje que le queremos enviar ("no toques ese perro, no sabemos de quién es o si le gusta que le toquen", etc).

Estos mensajes, generalmente de contenido emocional, se transmiten en su mayoría en situaciones de alto estrés. A medida que el niño los va incorporando a su identidad, se va creando su 'guion de vida', conformado por deseos, sentimientos, expectativas, estilo de comportamiento impuestos desde fuera que el niño ha interiorizado como propios. Así, en función de los mensajes que ha recibido el niño, se creará un guion de vida u otro.

En función de su contenido, los mensajes pueden ser mandatos (conllevan una prohibición, "No seas x", "No hagas x") o atribuciones (conllevan una obligación, "Eres x", "Debes ser x", "Debes hacer x").

Ejemplos

-'No seas tú': lo interiorizaría, por ejemplo, un niño al que le gusta jugar con muñecos y no al fútbol, pero sus figuras de referencia prefieren lo contrario y le incitan a ello comprándole pelotas, diciéndole que vaya con sus amigos a jugar al fútbol cuando le ven jugando con muñecos... También suelen ser transmitidos a niños/as homosexuales, cuando sus figuras de referencia no están de acuerdo o les cuesta aceptarlo.

-'No seas un niño': es un mensaje transmitido por medio de conductas que responsabilizan al niño por encima de sus posibilidades. Suelen ser figuras que interiorizaron ya este mensaje en su infancia. Tuvieron, por ejemplo, que cuidar de un familiar desde que fueron pequeños, lo que les impidió vivir su infancia. Ahora le impiden al niño que disfrute de la suya.

-'No crezcas': lanzado por padres cuyo 'Niño' necesita, para sentirse bien, que el hijo siempre sea pequeño. Su autonomía les amenaza, le piden a su hijo que no les abandone, o bien que 'no sea sexual'. Por ejemplo, "tu siéntate, que ya te llevo yo la cena", "no te preocupes, que te hago yo la cama". Evidentemente, por decirlo una vez no se inculca ese mensaje, pero si se repite cotidianamente será interpretado así.

-'No pertenezcas': refleja el miedo de los padres a ser abandonados. "¿Vas a salir otra vez?", "Prefieres estar con X a conmigo/nosotros"

-'No pienses': desvalorizando la inteligencia, directa o indirectamente.

-'No lo hagas': puede tomar la forma de 'No triunfes' o 'No me superes'.

-'No te acerques', que puede ser 'No confíes' o 'No ames'. Si el padre o madre ha tenido experiencias dolorosas en relaciones interpersonales va a intentar evitar que a su hijo le suceda lo mismo. Por ejemplo "yo ya te avisé y no me hiciste caso, está claro que no te puedes fiar de nadie".

-'No sientas', lo que puede traducirse en 'siente lo que siento yo'. Por ejemplo, aquí se ve en madres que les dicen a sus hijos "ponte el abrigo, que TIENES frío", "No veas eso que NO TE GUSTA", "No toques al perro, que TE DA MIEDO".

-'No me superes': "hazme caso que tengo yo razón, he vivido más y sé más cosas que tú"; en este caso lo que habría que hacer es argumentar por qué el niño debe hacer caso.

Siempre insatisfecho

Todos estos mensajes son aceptados por el niño en términos de 'complace', 'sé perfecto', 'sé fuerte o sé un hombre', 'ten cuidado' Poco a poco, a medida que va construyendo su guion, comenzará a comportarse de tal manera que cumpla con el total de exigencias de los mensajes que ha aceptado, teniendo que ser perfecto en cada uno de ellos. Sin embargo, esto no es algo posible por lo que no quedará nunca satisfecho con su funcionamiento, lo que le llevará a pensar que hay algo en él que no está bien.

Los guiones de vida más nefastos son los que proceden del mensaje 'no vivas' o 'no existas'. ¿Cómo llega alguien a transmitir este tipo de mensaje? Abandonando, pegando, siendo negligente En definitiva, todo tipo de maltrato, ya sea físico o psicológico, manda el mensaje de 'no vivas'. Si el niño acepta este mensaje, puede acabar desarrollando conductas autodestructivas, incluso llegando a las autolesiones y al suicidio.

¿Por qué llega alguien a aceptar este tipo de mensajes? Una de las explicaciones que se encuentran desde esta perspectiva es el hecho de que todos necesitamos 'caricias'. Una caricia es todo contacto que recibimos de nuestra figura de referencia y que nos transmite la seguridad de que existimos, de que estamos presentes en su vida y de que, para bien o para mal, somos importantes. Caricias positivas serían besos, alabanzas, una sonrisa, un abrazo Mientras que las negativas serían críticas, abusos, golpes Es más importante para una persona recibir 'caricias', a pesar de lo destructivas, brutales o nocivas que puedan llegar a ser, que no recibirlas. Por esto, si aceptar el mensaje que le han mandado es la única forma de recibir caricias, el niño lo hará.

Sin llegar a esos extremos, es posible que se transmitan de forma involuntaria mensajes que en realidad no queremos dar. Por eso, la solución pasa por fijarse bien en lo que se dice.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios