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El Papa critica las leyes educativas y sociales aprobadas por el Gobierno Zapatero
El Papa critica las leyes educativas y sociales aprobadas por el Gobierno Zapatero
ante el embajador de España en el vaticano

El Papa critica las leyes educativas y sociales aprobadas por el Gobierno Zapatero

Francisco Vázquez recalca que la Iglesia Católica puede "contribuir y ayudar mucho" al proceso de paz en el País Vasco

AGENCIAS | CIUDAD DEL VATICANO

Sábado, 20 de mayo 2006, 02:00

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El Papa ha defendido hoy ante el embajador de España en la Santa Sede, Francisco Vázquez, la familia basada en el matrimonio entre hombre y mujer y ha exigido que la enseñanza de la religión católica se imparta "en condiciones equiparables" a las otras asignaturas, "como contemplan los acuerdos Iglesia-Estado".

Benedicto XVI proclamó el derecho a la vida "desde su concepción hasta el ocaso natural" y el derecho "a nacer, a formar y a vivir en familia, sin que ésta se vea suplantada u ofuscada por otras formas o instituciones diversas". Con esas palabras, de manera indirecta, el Pontífice ha condenado el aborto y la eutanasia, así como los matrimonios entre homosexuales y las parejas de hecho.

El Pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió a Vázquez, que hoy ha presentadi sus cartas credenciales. La audiencia, que se ha celebrado en la Biblioteca privada del Papa, ha durado 20 minutos.

Viaje a Valencia

El Papa ha resultado en su discurso el viaje que realizará a Valencia el 8 y 9 de julio para participar en el V Encuentro Mundial de la Familia, que le permitirá, según ha dicho, "celebrar la belleza y la fecundidad de la familia fundada en el matrimonio, su altísima vocación y su imprescindible valor social".

Benedicto XVI ha hecho votos para que las relaciones entre España y la Santa Sede "se refuercen y progresen, reflejando el respeto y el entrañable afecto de tantos españoles por el Papa ".

Vázquez, en su discurso, ha firmado que su nombramiento conlleva "una clara voluntad de diálogo por parte del Gobierno de España, que ha designado como embajador ante Su Santidad a un político (el), que nunca ha ocultado su condición de católico y que siempre ha intentado ser públicamente consecuente con su fe" y se ha felicitado porque que Benedicto XVI haya elegido España como "uno de los primeros países que visitará en su Pontificado", con motivo de su asistencia el 8 y 9 de julio a la Jornada Mundial de la Familia que se celebra en Valencia. En este sentido, le ha trasladado "la total e incondicional disposición de colaborar en todo lo que contribuya al mayor éxito del viaje" del Ejecutivo de Jose Luis Rodríguez Zapatero.

Vázquez ha recalcado que la visita del Papa se produce "en momentos llenos de esperanza para lograr la paz que nos permita terminar con décadas de dolor y sufrimiento ocasionadas por el terrorismo". En su opinión, "la Iglesia Católica, con su autoridad y su magisterio, puede contribuir y ayudar mucho en este difícil y largo proceso, ante el que no caben ni reticencias ni condicionamientos, porque la paz es un valor absoluto".

Relaciones con España

El Pontífice también ha aprovechado su discurso para destacar las "multiseculares relaciones diplomáticas entre España y la Santa Sede" que, según él, "reflejan el vínculo constante del pueblo español con la fe católica". En este sentido, consideró que "la gran vitalidad que la Iglesia ha tenido y tiene" en España constituye "una invitación especial a reforzar dichas relaciones y fomentar la colaboración estrecha entre ella y las instituciones públicas, de manera respetuosa y leal, desde las respectivas competencias y autonomía, con el fin de lograr el bien integral de las personas que, siendo ciudadanos de su patria, son también en gran medida hijos muy queridos de la Iglesia".

Para terminar, y tras transmitir sus "mejores deseos de prosperidad y de bien espiritual" para el Rey Don Juan Carlos, la Familia Real, el Gobierno español y los españoles, expresó a Vázquez sus "mejores deseos en el desempeño de la alta misión que se le ha encomendado, para que las relaciones entre España y la Santa Sede se refuercen y progresen, reflejando el respeto y el entrañable afecto de tantos españoles por el Papa ".

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