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Ensayo del Grupo Folclórico y de Investigación El Ventolín, en su local de La Pola.
Con los Güevos Pintos por montera

Con los Güevos Pintos por montera

El Grupo Folclórico y de Investigación El Ventolín celebra su trigésimo octava semana cultural

Lydia Is

Lunes, 17 de abril 2017, 12:06

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Nació al abrigo de la fiesta de los Güevos Pintos y desde hace casi cuarenta años trabaja desde La Pola por la divulgación de la cultura asturiana. El Grupo Folclórico y de Investigación El Ventolín es un referente en la localidad y ya no se concibe la celebración de la Pascua sin su presencia.

Fue Josefina Feijoo quien a finales de los años setenta, se decidió a impulsar una sección dedicada al folclore en el grupo Los Cascaos junto a otras compañeras. «Se daba la circunstancia de que no había ningún grupo folclórico en La Pola para desfilar en Güevos Pintos. En 1979 fue la primera vez que salieron varias parejas de baile que pertenecían a Los Cascaos», recuerda Isaac Vallina, uno de los integrantes actuales.

Poco a poco, el proyecto fue tomando forma y con el apoyo del por entonces párroco, Carlos Sánchez Martino, El Ventolín vio la luz. Feijoo fue su primera presidenta. Estuvo en el cargo hasta 1989, año en el que tomó el relevo Fidel Pevida. En 1991, le sucedió Joaquín Ruiz, que aún sigue al frente.

Desde un inicio, sus miembros tuvieron claro que debía ser algo más que un grupo para bailar. Y en 1980 celebraron el primer Día del Baile Regional Asturiano, antesala de lo que hoy es la Selmana del Folclore Astur y que mañana comienza su trigésimo octava edición. «Siempre se partió de un tema para divulgar, que es lo que vemos que falla. Estudios hay muchos, pero mostrarlos al público es una asignatura pendiente», reconoce Vallina.

El tema elegido este año son los instrumentos tradicionales asturianos, pero en su haber tienen otros que les han reportado grandes satisfacciones. Uno de ellos fue el dedicado a la cerámica de El Rayu, de la que El Ventolín puede presumir de haber logrado su recuperación. «Estaba prácticamente desaparecida porque los artesanos no la veían rentable, pero a raíz de este trabajo contactamos con Elvira López y Florentino Iglesias, dos ceramistas que en 1997 apostaron por retomar la producción artesanal», explica Vallina.

Otro de los trabajos de los que guardan buenos recuerdos es el de los cantares de chigre. De hecho, los cartafueyos que editan anualmente en asturiano y castellano se agotaron rápidamente: «Fue un auténtico boom».

En la actualidad, El Ventolín está formado por unos veinticinco adultos y catorce niños que participan de forma activa. «Antes, el folclore estaba mucho más coreografiado, pero ahora los bailes están más basados en lo auténtico, en lo recogido por los pueblos; es lo que nosotros queremos transmitir», defiende Vallina.

Insignia de plata a la Caja Rural

Por otro lado, El Ventolín inicia mañana su XXXVIII Selmana del Folclore Astur con la entrega de la insignia de plata a la Caja Rural de Asturias, colaboradora habitual del grupo y la inauguración de tres exposiciones. A la relacionada con los instrumentos tradicionales se unirá la de las obras de pintura y escultura donadas por artistas de renombre y que se subastarán el viernes, en el IV Memorial Óscar Menéndez, para colaborar en la financiación de esta semana de actividades. Tampoco faltará otra de sus señas, la exposición de colecciones filatélicas que se complementará el martes con el matasellos especial que les concede la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones.

Asimismo, el programa incluye el miércoles una función del Grupo de Teatro Carbayín, que representará su comedia Nun me llames Irene, que soi Bernardo, y un concierto didáctico el jueves, a cargo de Héctor Braga, que estará acompañado por Arsenio Ruiz y Nel Sánchez.

El sábado, como novedad, El Ventolín ha incorporado a su programa las clases magistrales. «Vimos que hay mucha demanda, cada vez se tiende más a un folclore profesionalizado y de calidad», apunta Isaac Vallina. Versará sobre la percusión tradicional con los utensilios de cocina y estará impartida por la instrumentista vallisoletana Vanesa Muela, que atesora una brillante trayectoria. Las plazas disponibles se agotaron en unas horas.

Y como clausura, también el sábado, tendrá lugar el Festival Folclórico Nacional, en el que actuarán la Escuela de Música Tradicional del Ventolín, el Grupo Folclórico y Vanesa Muela.

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