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Deposito de agua junto a la pista que une la majada de Ranoriu y La Texera, en Coto Bello.
Coto Bello, un paisaje bien restaurado

Coto Bello, un paisaje bien restaurado

A pesar de haber sufrido varias explotaciones mineras, la zona nos ofrece un paseo muy agradable

BERNARDO CANGA Y CARMEN PIÑÁN

Viernes, 9 de junio 2017, 02:33

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La antigua explotación minera allerana de Coto Bello está situada entre las sierras de Conforcos y de Murias y Santibañez, a los pies de los picos de La Liebre, Ranéu, Ranoriu, La Texera, Mediaoriu y El Carrascón, todos ellos contrafuertes de famoso cordal de La Carisa, por donde iba una de las principales calzadas romanas, juntamente con la de La Mesa. Tras terminarse las extracciones de mineral, hace más de dos décadas, se procedió, con acierto, a la restauración del medio ambiente o transformación natural del paisaje, para destinarlo a usos ganaderos, deportivos y turísticos. En setiembre de 2010 el collado o antigua majada de Coto Bello fue final de etapa de la Vuelta Ciclista a España, a su paso por Asturias.

Se crearon o adecentaron praderías, sendas, pistas, fuentes, abrevaderos y lagunas, aunque el gamberrismo termino con algunas. También hay un depósito de agua para la extinción de incendios con helicópteros. Y se mejoró la carretera de 10 kilómetros, desde el pueblo (o rotonda) de Corigos, que permite el acceso a Coto Bello, a unos 1.200 metros de cota. Arriba, sobre la antigua majada del mismo nombre, está el Picu Ranoriu (de poco más de 1.300 metros de altitud) con un repetidor y una caseta. Abajo, en verano, hay un bar. Enfrente está el Picu Mediaoriu. En este lugar se puede empezar la caminata, por pistas y sendas, en la dirección que deseemos, aunque mejor es la sureña.

Una ruta aconsejable, siguiendo una ancha pista, como de media docena de kilómetros, nos lleva con suave subida, en menos de dos horas, a la collada del Carrascón y Picu La Texera; siempre hacia el Sur y, al final, al Este. Otra más larga es ir por una pista superior y regresar por la de abajo. Y otra puede ser, en vez de subir a La Texera, descender en otra hora a Conforcos o Casomera. También hay una variante, tras pasar el citado deposito de agua, a los pocos metros salen caminos al valle del Río Negro y Ruta de Las Fuentes, por Santibañez de Murias o Nembra, en otro par de horas, pero en dirección Sur-Oeste. Aunque lo mejor y más fácil es lo propuesto en primer lugar, a La Texera, por Carrascón.

Ahora que se cumplen los 50 años de Hunosa y, parece ser, quieren decantarse por las minas a cielo abierto (al ser más baratas en Asturias que las explotaciones subterráneas) hay que recordar a los responsables políticos que es fundamental tras la extracción minera que esos lugares naturales queden bien restaurados medioambientalmente. Ejemplos positivos en esta región los tenemos en Braña del Río, cerca de Tuilla y la descrita de Coto Bello, en las proximidades del Entrego y Cabañaquinta. Lo negativo está en los montes de Degaña e Ibias, por ejemplo en el puerto de Cienfuegos o en Tablado y Cerredo, que se encuentran regular.

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