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«Cataluña ha perdido el sentido del humor»

«Cataluña ha perdido el sentido del humor»

Ramón Fontserè llega mañana al Valey con Els Joglars y 'Zenit', una obra que aborda el rol de los medios de comunicación

M. F. Antuña

Gijón

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Viernes, 13 de abril 2018

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Es turno para los medios de comunicación. Els Joglars llega este sábado al Centro Cultural Valey de Castrillón con 'Zenit. La realidad a su medida'. Ramón Fontserè (Torelló, Barcelona, 1956) es coautor de la dramaturgia -con Margarita Cabanas-, dirige y actúa en este espectáculo que con música y humor apela al espectador a entender cuál es su papel ante el bombardeo informativo en que vivimos.

-Autor, actor y director. ¿Cómo se lleva tanta faena?

-Caminando se demuestra el movimiento. Me gustaría tener más tiempo para todo, sobre todo para la interpretación, pero los tempos son los tempos y hay que hacer que los tres platos den vueltas sin que uno se rompa.

-¿Pero no se da un trato de favor a sí mismo?

-No crea, a veces estás más concentrado en la actuación de los compañeros que en la tuya propia. De todas formas, nosotros tenemos un sistema de trabajar que parte de la improvisación, cada actor es dramaturgo y eso es una ventaja y ayuda a compaginar los tres papeles.

-¿Por qué los medios?

-No es que tengamos nada en contra de los periodistas, entendemos que ocupan un lugar fundamental en la sociedad. Empezó siendo el oficio de hacer señales y se ha convertido en centros de poder y de influencia con una capacidad de decisión enorme. La irrupción de las nuevas tecnologías ha supuesto un cambio, con todos los condimentos que conlleva, 'fake news', inmediatez, pero las editoriales de los grandes periódicos de papel siguen siendo el lugar del que todos maman, las redes sociales aún se siguen abasteciéndose del papel. También esa avalancha, esa voracidad de mantener la maquina engrasada, de lanzar y lanzar noticias, viene a pervertir lo que es la información objetiva, contrastada e investigada; ahora se tiende más a la dicotomía periodismo y entretenimiento. La dictadura del 'like' hace que mole más un tropezón de Putin bajando un avión que su política en Ucrania, tiene más adeptos un accidente banal que un asunto serio que afecta de manera más profunda.

-Y era el momento...

-Nos apetecía, hacía tiempo que lo teníamos en el cajón.

-¿Cómo se plantea esa reflexión?

-Nuestro espectáculo no es maniqueo, no plantea que hay unos medios de comunicación malos y unos lectores buenos, buscamos apelar a la responsabilidad de cada uno. Ahora que hay tanto bombardeo de noticias, quiza sería momento de ponerlo todo en 'stand by', de tener calma, reflexión, que no nos creamos todo los que nos dan o que como mínimo dudemos antes de sacar una conclusión rápida.

-¿Somos capaces de tener esa paciencia?

-Es difícil. La época de ese ritual del periódico de papel a dos manos, desplegarlo en la mesa, se ha perdido un poco. Tampoco quiero decir que cualquier tiempo pasado fuera mejor; ahora es una época fantástica para descubrir la verdad, que es una.

-¿Solo hay una verdad?

-A Bill Laden lo mataron de una manera. La verdad existe y hay que descubrirla.

-¿Qué verdad se lleva el público?

-Si no con la verdad, sí queremos que el espectador salga con la duda, con ese mensaje de que el lector tiene también su responsabilidad a la hora de leer. Buscamos que se lo pase bien, que se entretenga. 'Zenit' está narrada de forma original, especial, singular, con mucha música, trufada de acciones teatrales.

-Usted que fue Pujol, ¿qué dice de la Tabarnia que preside su colega Boadella?

-Tabarnia es el propio espejo de los independentistas, no solo ellos pueden tener esa opción del derecho a decidir. Creo que es la salida más sensata y divertida ante esa chifladura de Cataluña en la que perdemos todos.

-¿Necesita mucho sentido del humor Cataluña?

-Por desgracia se ha perdido el sentido del humor. Hubo una Cataluña, prepujolista, más amable, más abierta, sin ese nacionalismo, sin ese achique de espacios. Ojalá vuelva algún día, no sé cuántas generaciones tendrán que pasar.

-Els Joglars sigue ahí, como ejemplo de que existe esa Cataluña abierta.

-Sí, sigue existiendo, pero está chamuscada, está muy tapada por toda esta hinchazón, por esta situación agobiante.

-¿Alguna solución?

-Ni idea, porque tampoco la otra parte da señales. Superar esta farsa es difícil teatralmente. Cada día los acontencimientos son más inesperados.

-Siempre han estado discriminados en Cataluña. ¿Ahora qué?

-Siempre hemos actuado poco, pero actualmente no actuamos en Cataluña. Nadie nos llama, es lógico, nos ven como unos traidores.

-Tiempos de censura. ¿Qué le parece?

-La gente tiene que entender que nosotros trabajamos con la ficción, que es un lenguaje diferente y que nadie obliga a nadie a ver obras de teatro. Al que no le guste que no vaya. El arte es una mentira que te hace comprender la realidad, a veces hay que aumenta los volúmenes para que se vea la parte desconocida, es catártico, higiénico. Esa la misión de los comediantes.

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