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Bernardo canga / carmen piñán
Viernes, 17 de noviembre 2017
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José Díaz, empresario asturiano, decidió irse a vivir cien dias al monte, sentir la naturaleza en primera persona y rodar un documental que recogiese su experiencia. El resultado es ‘Cien días en soledad’, que se estrena este año en el FICX y relata, efectivamente, cómo era su vida en una pequeña cabaña del Parque Natural de Redes, viviendo de forma autosuficiente y sin utilizar avances tecnológicos más allá de tres pequeñas cámaras y un dron para registrar con imágenes sus vivencias. Al igual que José Díaz se inspiró en la lectura de ‘Walden o La vida en los bosques’, de Thoreau, para lanzarse a esta aventura, nosotros proponemos desde aquí una ruta que nos permite adentrarnos en esos mismos paisajes que se verán en la película.
Para ello, recorreremos un tramo de la calzada que unía tierras de Caso, Ponga y Piloña, entre la localidad de Nieves y el Llagu Ovia, en pleno parque natural, también Reserva de la Biosfera. El único trozo donde aún se conserva el empedrado, de unos pocos metros, es el conocido como Les Calzaes. Cerca, arriba, en Llagu Ovia, está la zona de cruce de los tres ramales (Biforcos o Biforcadera), así como Piedrafita (donde había antaño un ‘jito’, o piedra, que marcaba la divisoria territorial y que pudo ser un miliario). Esa calzada romana era un complemento, más antiguo, quizás, del famoso Camín del Sellón, que unía tierras casinas y piloñesas con el puerto de Tarna y la costa villaviciosina; y que pasa por la collada de Arniciu.
La variante de esta calzada romana que iba para Ponga (Taranes, o Valla Moru) y Piloña (Espinaréu o Riofabar) partía cerca de los pueblos casinos de Orlé y Bueres. En este último se conserva la rústica campana para llamar a ‘conceyu abiertu’ y podemos comenzar allí la caminata, para llegar en un cuarto de hora a Nieves, por una estrecha carretera de un kilómetro. En Nieves (donde también puede iniciarse la excursión) está la capilla de Los Dolores, con importantes pinturas del año 1711. Allí se toma la senda y, a los pocos metros, el viejo camino se transforma en pista hormigonada y comienza la subida suave hasta la majada (o cabaña) de La Texiera, a la que se llegará en media hora desde Nieves. En este lugar, a la izquierda, al oeste, sale una senda hacia Arniciu y otra al noroeste para Llagu Colines, que conserva un buen tramo de empedrado. Nosotros de La Texiera seguimos al norte durante una hora por la pista hormigonada.
Entre curvas y recurvas, tendremos arriba, de frente, el Picu Entrellagos (está en medio de Llagu Colines y Llagu Ovia) y al fondo veremos una vieja caseta forestal que será nuestro destino. Un poco antes de coronar y de salvar un desnivel de unos 400 metros, estaremos ya encima del tramo que aún queda empedrado y con muros de contención de la calzada. De allí a Llagu Ovia (a unos 1.000 metros de altitud) solo son unos quince minutos. El paisaje de los valles y montes de Caso es grandioso .
Cerca está, al norte, la bifurcación comentada de los senderos, a Ponga y Piloña (Biforcos y Piedrafita) y la majada de La Felguerina. En esa zona nace el río Espinaréu y están las foces de Los Cubilones, Molín, Los Casinos y Moñacos; hacia el sur quedará la foz de Melordaña. Allí estamos en la sierra de Pandemules y, un poco más adelante, el Monte Muniacos o Moñacos, que fue siempre importante reserva de caza mayor. En total, menos de dos horas tardaremos desde Bueres, o Nieves, pues son una media docena de kilómetros, con algún repecho.
El regreso podemos hacerlo por el mismo camino, pero –si estamos con fuerzas– en algo más de tiempo se puede ir en dirección oeste por un sendero que, bordeando el Picu Entrellagos (por su cara norteña), nos llevará en veinte minutos a Llagu Colines y su vieja majada; y de allí bajaremos, hacia el Sur, por la antigua ‘Calzadina’, empedrada, a La Texiera en una hora. Luego se sigue a Nieves y Bueres, o a la Collá Arniciu. Este paseo por Redes es como una vuelta al pasado. Pura naturaleza y cultura.
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