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Faro del caballo, un rincón para soñar

Faro del caballo, un rincón para soñar

Más que para dar luz, este faro de Santoña parece creado para impresionar. No es fácil llegar hasta él, pero el esfuerzo merece la pena

Guía Repsol

Lunes, 27 de octubre 2014, 10:52

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Al lado mismo de Santoña se yergue el monte Buciero, una península de 600 hectáreas que conserva la mejor mancha de encinar cantábrico del país, entre acantilados de 200 metros, fortificaciones napoleónicas y faros tan increíbles como el del Caballo, de 1863, con una escalera de acceso con más de 700 peldaños. Para que el desafío sea resulte aún más completo, el único modo de llegar hasta aquí es a pie desde la población. Lo podemos hacer directamente (una hora y media) o rodeando completamente el monte (12 kilómetros / 4 horas), por senderos junto a los acantilados y enormes farallones cortados en la roca, tal como se describe en la web turística de Santoña.

Para reponernos del esfuerzo y seguir impresionando a nuestra pareja, si hemos ido en plan romántico, nada mejor para culminar una jornada de dos en el Restaurante de Pilar: como está en el mismo puerto, el pescado llega fresquísimo a la mesa.

Y para hacerse con el producto estrella de Santoña, las anchoas, podemos ir con los amigos a una fábrica de conservas que admita visitas, como Emilia, Ana María o Peña Rey. Viendo el meticuloso proceso de elaboración de la anchoa (la soba), se entiende por qué, en las mejores conservas, cada filetito sale por más de un euro.

Si vamos con niños, puede ser interesante acercarse a la Reserva Natural de las marismas de Santoña, Victoria y Joyel; refugio de especies únicas de aves migratorias, lo que le ha valido ser declarado desde 1991 Espacio Protegido.

Fuente: Guía Repsol

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