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Guillermo Martínez, ayer, tras el Consejo de Gobierno.
El Principado asegura que no se ha deteriorado la relación con Andalucía

El Principado asegura que no se ha deteriorado la relación con Andalucía

El pulso que mantuvieron Susana Díaz y Javier Fernández en el último congreso del PSOE no afectará a las estrategias conjuntas que desarrollan ambas comunidades

José Ángel García

Jueves, 31 de julio 2014, 00:19

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Asturias y Andalucía. Estas son las únicas dos comunidades que tienen un socialista como presidente. Les toca jugar en inferioridad en un terreno de juego donde las reglas, muchas veces, las pone el Partido Popular, que gestiona la mayoría de las autonomías. No es de extrañar, que ambas regiones vayan de la mano a la hora de defender determinadas políticas y fijen una estrategia de acción frente al Gobierno de Mariano Rajoy. Sin embargo, esta sociedad puede haberse tambaleado después de lo ocurrido el pasado fin de semana, en el congreso del PSOE.

Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía y principal sostén de la nueva dirección federal, obligó al nuevo secretario general a nombrarla presidenta del Consejo Territorial, el mismo puesto al que aspiraba Javier Fernández. El jefe del Ejecutivo asturiano no ocultó su malestar con esta maniobra, con la que se desmontaba el compromiso adquirido previamente entre Pedro Sánchez y la federación asturiana.

A la solución, que llegó in-extremis en la madrugada del pasado sábado, le han seguido paños calientes y «cortinas de amnesia», como afirmó el presidente del Principado, dispuesto a digerir el acuerdo aunque no cubriera su expectativa. El pasado martes, tras una visita a las instalaciones de Fuensanta, Fernández fue preguntado sobre si había hablado con Díaz en algún instante del cónclave socialista y su respuesta no dejó lugar a la duda. «No, no hemos hablado», afirmó. Quiso quitar importancia a este hecho, asegurando que el contacto con la presidenta andaluza es «frecuente».

Sin embargo, es llamativo que no hubiera comunicación alguna entre ambos después del episodio del pasado fin de semana y en la que, al menos, ha quedado al descubierto discrepancias de fondo y forma entre ambos. Queda por saber si esas diferencias tendrán su reflejo en la relación que mantienen ambas administraciones.

«No ha habido ningún deterioro y menos desde el punto de vista institucional», zanjó el portavoz del Ejecutivo autonómico, Guillermo Martínez, en la comparecencia posterior a la reunión del Consejo de Gobierno.

Sintonía

Asturias y Andalucía, recordó Martínez, han coincidido en las políticas puestas en marcha para afrontar la crisis «de otra forma» distinta a las desarrolladas por las comunidades del PP. Una sintonía que se ha constatado en la defensa de intereses comunes como la petición para que el gobierno flexibilizara el objetivo de déficit en su reparto entre las comunidades. Esta colaboración no se verá afectada, en palabras del portavoz del Gobierno, que, no obstante, dejó claro que cada autonomía defenderá siempre sus propios intereses «como ya ocurrido antes», en alusión a la Conferencia de Presidentes celebrada en 2012 y en la que Javier Fernández se enfrentó al socialista y en aquel momento presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán.

Los socialistas asturianos, que no ocultan su disgusto en privado con la actuación de la presidenta andaluza, desean dejar atrás el episodio del congreso. Recurriendo a palabras del presidente del Principado, quieren «echar la llave» para poner punto y final a la polémica.

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