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Mercedes Fernández y Dolores Carcedo charlan en los pasillos de la Junta.
Los grupos ponen pegas al presupuesto por «continuista» y pobre en inversión

Los grupos ponen pegas al presupuesto por «continuista» y pobre en inversión

La oposición cree que con un gasto apenas superior a 300 millones poco se puede hacer para reactivar la economía; la oferta de rebaja fiscal también recibe críticas

ANDRÉS SUÁREZ

Sábado, 25 de octubre 2014, 00:17

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El Gobierno cerró ayer con Foro la primera ronda de contactos en busca de un acuerdo sobre los presupuestos de 2015 sin que, de momento, haya conseguido despejar las dudas que asaltan a los grupos de la oposición. A expensas de facilitar datos más concretos, toda vez que a los partidos solo se les han entregado las cifras generales -un montante total que ronda los 3.800 millones, una inversión por debajo de los 350- que ayer anticipó este periódico, el primer borrador que maneja el Ejecutivo recibe críticas desde distintos frentes. No convencen ni las partidas destinadas a la reactivación económica, que se creen insuficientes, ni el aroma general de «continuismo» que desprende el documento, y también es objeto de críticas la propuesta de rebaja fiscal lanzada en el debate sobre el estado de la región por el presidente, Javier Fernández.

Que el proyecto parece ir por la senda del presentado en la Cámara para 2014, que acabó siendo rechazado y fue el paso previo a la prórroga, es una conclusión que obtienen una mayoría de dirigentes políticos tras reunirse con la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo. El mensaje que traslada la impulsora del borrador presupuestario viene a ser, según la versión de la oposición, más o menos este: las prioridades del Gobierno no han cambiado, los recursos son los que son y el margen de maniobra para introducir cambios es limitado. La educación, la sanidad y los servicios públicos son «prioridades inexcusables» y ahí, donde se concentra la mayoría del gasto, hay poco que hablar, señaló ayer Fernández en una entrevista. En el resto de terrenos sí se podría «matizar», apostilló.

Los grupos afrontan la negociación instalados en el recelo. Primero, porque no tienen datos que analizar y sobre los que discutir. Y segundo, porque desconfían de algunas de las líneas generales del proyecto. Que la inversión, punto débil del presupuesto aprobado en 2013 con 364 millones, pueda ser incluso inferior ahora, cuando en teoría comienza a coger vuelo la recuperación, genera disgusto y dudas.

Más ambición

Lo mismo sucede con la fiscalidad. El planteamiento de rebaja de un punto del IRPF para favorecer a las rentas medias y bajas recibe objeciones desde distintos flancos. IU, por ejemplo, no se opone a dejar más dinero en el bolsillo de esas capas sociales si eso va acompañado de un aumento de los ingresos explorando otras vías. El PP cree que el planteamiento se queda corto y Foro lo tilda de «insuficiente» y pide tocar también Sucesiones y Transmisiones Patrimoniales. Sin cesiones en ese ámbito, indicó ayer Cristina Coto, «el diálogo se convierte en una petición de firma de un contrato de adhesión».

El presidente regional, por su parte, ahondó en la estrategia de presión a los grupos de la oposición remarcando el argumento de que dejar a la región sin presupuesto por segunda vez supondría una «limitación» para su avance. Pidió, por tanto, «coherencia y sensatez» para alcanzar un acuerdo.

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