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Pablo Iglesias, en la presentación de su libro 'Disputar la democracia'.
Pablo Iglesias: la clave de todas las jugadas

Pablo Iglesias: la clave de todas las jugadas

El líder de Podemos confía en reforzar su liderazgo con la votación que sentará las bases organizativas de su formación. Mientras sus partidarios ven cernirse sobre su figura una dura campaña centrada en su perfil de 'ultraizquierdista', él echa su red en todos los caladeros, incluidos los conservadores

elcomercio.es

Sábado, 25 de octubre 2014, 03:12

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Pablo Iglesias (Madrid, 1978) tiene ante sí un gran fin de semana. Más de 180.000 personas se han inscrito para participar en la votación que decidirá el modelo organizativo y político de Podemos. El nombre más carismático del partido catapultado por la indignación ha presentado una propuesta que pasa por concentrar el poder en un secretario general: él. Sostiene que en este momento es la solución "más eficaz", la única manera de ganar a Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en las próximas generales, ha argumentado este profesor universitario. Si su propuesta sale adelante, está claro que llevará sobre los hombros el futuro de un movimiento político que ya demostró su capacidad de cuestionar mayorías establecidas en las últimas elecciones europeas.

Frente a su planteamiento de organización interna compite el abanderado por tres de los eurodiputados de la formación, Pablo Echenique, Teresa Rodríguez y Lola Sánchez, que reivindican una cúpula colegiada. Todavía ayer, que dedicó parte de la jornada a presentar su libro 'Disputar la democracia', Iglesias defendió que su modelo asegura una estructura interna que permitirá al partido llegar a la Moncloa. En cuanto a quién debe pilotar Podemos en esa singladura, se autoreconoció como la persona indicada para hacerlo en este momento, como «el jugador que ahora puede salir al campo y meter un gol». No tiene problemas de ego, él mismo lo ha confesado en una reciente entrevista. Pero incluso quienes defienden dentro de Podemos la propuesta contraria a la suya reconocen que ahora mismo es su mejor portavoz y que gran parte del despegue de la formación se ha basado en su carisma y su capacidad para hacer llegar su discurso a los ciudadanos.

Pablo Iglesias, que se reconoce "de izquierdas", se siente capaz de ampliar el espectro político de su formación incluso hasta el punto de echar sus redes en los caladeros del PP. Durante una entrevista en La Sexta insistió en que su objetivo es limpiar el país de la corrupción de la casta, una tarea en la que está seguro de que cuenta con el respaldo de una mayoría social que sabe que ha estado gobernada por «gentuza» durante los últimos años. Por eso, afirmó Iglesias, «muchas personas de derechas me paran en la calle para decirme que, aunque no comparten algunos de mis valores, me van a votar porque soy gente honrada y defiendo mis argumentos con respeto». El tambien eurodiputado sostiene que la salida de la actual crisis va más allá de la división tradicional entre izquierda y derecha. Por ello evita circunscribir a su partido en cualquier cliché ideológico. «Podemos es un instrumento para cambiar las cosas y a participar en él están invitadas todas las personas decentes», dijo.

Y también, el objetivo de los ataques

Pero al mismo tiempo, sus partidarios también son conscientes de que su líder será la diana contra la que se dirigirán casi todos los dardos de lo que ellos agrupan bajo la consideración de 'casta'. Así entienden lo ocurrido en los últimos días. Desde que se abrió el proceso de votación, los ataques a través de las redes sociales hacia Pablo Iglesias se han multiplicado. 'El vídeo que Pablo Iglesias no quiere que veas', en el que el líder de Podemos aparece cantando 'La internacional' junto a Pablo Hasél, se ha convertido en todo un fenómeno en internet. La grabación es de una gala de La Tuerka. Iglesias entona el himno con el puño en alto y en supuesto estado de embriaguez. A su lado, su director de campaña para las elecciones europeas, Íñigo Errejón, uno de sus más estrechos colaboradores, y el propio Hasél, un rapero condenado por la Audiencia Nacional a dos años de prisión por enaltecimiento del terrorismo en sus letras.

Los simpatizantes de Iglesias atribuyen todo esto a los intentos de desprestigiar a su líder por parte de los círculos de poder contra los que Podemos proclama su lucha. "Nosotros siempre hemos tenido mucha fuerza en la red con temas virales. Están aprendiendo a usar esos medios y centran sus ataques en la figura de Pablo", asegura Daniel Fernández, miembro del equipo técnico de la Asamblea Ciudadana 'Sí se puede'. "Incluso los más críticos con él dentro de Podemos reconocen que es el mejor portavoz posible y en las encuestas es el más valorado, por eso esta sucesión de descalificaciones no solo desde el punto de vista político, sino incluso personal", argumenta. De todas formas, en Podemos este aumento de la tensión en torno a su líder es recibida casi con satisfacción. "Es una buena señal cuando te critican", añade Fernández, que también vincula esta situación al intento de influir desde el exterior en el proceso de votación abierto en su partido.

Lo que se rechaza de plano en Podemos es que las discrepancias surgidas en su seno deriven en una primera fractura. El primero en negar la mayor es el propio Iglesias. A su juicio, ahora a sus adversarios les gustaría seguir el mismo "juego", pero lo que cree que debe hacer ahora la formación es mantener una "segunda reunión con el entrenador" para pensar no en cómo mantener los resultados que han logrado hasta ahora, sino en "ser mucho más eficaces". El portavoz de Podemos ha contrapuesto este debate en el que se encuentra inmerso su partido a la situación de formaciones como el PP y PSOE, "podridos por sus luchas internas", ha dicho, y "llenos de barones. Son un caos de fracasos y de corrupción, acuchillándose entre ellos".

Iglesias considera que su papel en el partido es como el de "un jugador" al que "toca sacar" durante una competición porque "puede ser efectivo", aunque también quiere mostrarse humilde: "No hay nadie que por su personalidad o estilo pueda servir para cambiar el curso de la historia".

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