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Javier Fernández y Dolores Carcedo, en un reciente pleno de la Junta General.
El presupuesto dedica 83 millones al salario social y 8 millones extra a atención sanitaria

El presupuesto dedica 83 millones al salario social y 8 millones extra a atención sanitaria

La sensación de que el único objetivo del PSOE es el acuerdo con el PP cunde entre el resto de grupos; la cuestión fiscal, nudo de la negociación

ANDRÉS SUÁREZ

Domingo, 26 de octubre 2014, 01:17

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No parece, a la vista de los primeros contactos entre el Gobierno regional y los grupos de la oposición, que el proyecto de presupuestos para 2015 que los socialistas intentan sacar adelante vaya a diferenciarse mucho del aprobado en 2013, con un ejercicio de prórroga entre ambos. Se habla de un montante global ligeramente superior a los 3.800 millones, de una inversión que no excedería de los 350 y, bajando un poco más al detalle, y según ha podido confirmar este periódico, se destinan 83 millones para hacer frente a uno de los capítulos más sensibles y que más críticas ha generado al Ejecutivo por su gestión, el salario social. En el borrador que ahora mismo está sobre la mesa también se contempla un incremento de ocho millones para las prestaciones sanitarias.

Las primeras conversaciones entre la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, y los responsables de Foro, PP, Izquierda Unida y UPyD se han desarrollado sin grandes avances. Excepción hecha de algunas grandes cifras, el Gobierno no ha puesto datos concretos sobre la mesa y solo en las últimas horas ha comenzado a remitir a los partidos información más detallada, aunque todavía parcial. La oposición sí conoce, como adelantó este periódico, el impacto que tendría sobre las arcas regionales la rebaja del IRPF anunciada en el reciente debate sobre el estado de la región por el presidente, Javier Fernández. Son 17 millones de euros que, en todo caso, no tendrían influencia sobre las cuentas de 2015 y sería el Gobierno que salga de las urnas en las elecciones de la próxima primavera el que tendría que encargarse de gestionar, en los ejercicios posteriores, esa merma de recursos.

El esquema avanzado de momento por el Gobierno genera dudas a los grupos. Preocupa el continuismo del proyecto, la escasa inversión y también la gestión de algunas partidas concretas. Por ejemplo, esos 83 millones para el salario social. La cifra se corresponde con la previsión para el cierre de este ejercicio, pero es seguro que para 2015 el número de beneficiarios continuará creciendo, lo que inmediatamente aumentará la factura. La lista de espera para acceder a la prestación es kilométrica y el Ejecutivo se ha comprometido a reducirla con premura, lo que no encaja con el mantenimiento de la misma asignación económica. Hay que tener en cuenta, eso sí, que se trata de un crédito ampliable, con lo que el gabinete puede incrementar esa partida cuando lo considere oportuno. Pero, en cualquier caso, el escenario está abierto.

Sostienen Fernández y los suyos que el sostenimiento de los servicios básicos es cuestión irrenunciable y en esa filosofía encajaría el incremento en ocho millones de la partida destinada a prestaciones sanitarias y planificación, la que en la práctica sostiene la asistencia a los ciudadanos y en la que se encuadra el Servicio de Salud del Principado (Sespa), que absorbe más de un tercio de los recursos presupuestarios. En las cuentas de 2013 se llevaba 1.422 millones y para 2015 se contempla una inyección de 1.430. Está por ver si eso supone de facto un aumento de la asignación al conjunto de la Consejería de Sanidad, toda vez que el Ejecutivo aún tiene áreas -el gasto corriente, que está intentando afinar al máximo- por cerrar.

Sobre la negociación entre el Gobierno y la oposición flota un aire de incertidumbre. En el fondo, una mayoría de partidos piensan que el Ejecutivo solo tiene interés en buscar -o «aparentar que busca», como sostienen los más escépticos- un acuerdo con el PP, sabedor de que la hipótesis de reeditar la alianza con IU y UPyD es prácticamente imposible. Ahí encajaría esa oferta de rebaja del IRPF lanzada por Javier Fernández, después de que los populares lleven meses haciendo de la reducción de impuestos el pilar de su discurso político.

Pero para que esa opción cuajase alguna de las dos partes tendría que ceder. El Gobierno, que ya ya hecho una enmienda de totalidad a su discurso proponiendo una rebaja de impuestos a la que hasta ahora se había cerrado en banda, no querría ir más lejos y considera que ya es una cesión suficiente. El PP, mientras, tildó de «insuficiente» la medida, así que ahora, llegado el caso, tendría que retractarse o decir 'no'.

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