Secciones
Servicios
Destacamos
Andrés Suárez
Sábado, 24 de enero 2015, 00:37
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
El informe médico presentado por la familia de José Ángel Fernández Villa para eludir su comparecencia en la Junta General, inicialmente prevista para el lunes, señala que el ex secretario general del SOMA padece una demencia frontal de grado leve a moderado con probable componente degenerativo asociado. También indica que su situación ha empeorado notablemente en los últimos meses, con episodios de irritabilidad y agresividad e ideas obsesivas y una situación depresiva que persiste desde tiempo atrás. El documento fue recibido y asumido ayer por la comisión de investigación, que aparcó la toma de decisiones -la posibilidad de remitir el asunto a los tribunales si se considerase que la no comparecencia es injustificada, la solicitud de otra valoración, la petición al ex sindicalista de que responda por escrito- al citado lunes, después de escuchar en la primera sesión los argumentos que puedan trasladar tanto la esposa como los hijos, que también han sido citados.
El informe en cuestión, fechado el día 16 y rubricado por Julio Pascual Gómez, director del área de neurociencia del HUCA, está en manos de los letrados de la Junta y de su contenido se dio ayer conocimiento de forma oral a los diputados. El documento, mucho más completo y detallado que el que la familia de Villa presentó ante la también frustrada comparecencia de noviembre de 2014, lleno de tachones y omisiones, remonta el historial neurológico del ex líder del SOMA a 2002, cuando sufrió un ictus hemisférico izquierdo que le dejó lesiones isquémicas profundas. Un segundo ictus, en esta ocasión hemisférico derecho, consta en 2007.
Antes, en 2005, el informe hace mención a que Villa comienza a mostrarse «agresivo, irritable, con ánimo melancólico, insomne y con tendencia al llanto». Síntomas a raíz de los cuales se inicia un tratamiento antidepresivo. Ya más recientemente, hace dos años, se le detecta un trastorno de la marcha con tendencia a caerse hacia delante. Por esas fechas se advierte un empeoramiento de su estado de ánimo, un tiempo en el que deja de leer y presenta dificultades para la alimentación.
En 2014 las pruebas aprecian la existencia de daños en las funciones intelectuales. Y en adelante se repiten los síntomas. El informe señala que Villa está «con ánimo triste, verborreico, irritable, reiterativo en las conversaciones» y con la memoria afectada en todas sus facetas.
El diagnóstico apunta a una demencia frontal de grado leve-moderado con probable componente degenerativo asociado. Se hace mención a que la situación ha empeorado en los últimos meses y que en la actualidad hay un evidente deterioro y signos de comportamiento reiterativo, ideas obsesivas y «descuido del aseo personal». La situación depresiva persiste.
Mientras que el pasado mes de noviembre, cuando Fernández Villa no acudió a comparecer en la Junta en su calidad de representante en el consejo de administración de Hunosa, todos los grupos pusieron en solfa el informe médico que presentó su familia para eximirle, ayer no hubo críticas. La comisión se dio por enterada del documento y, de momento, poco más. Quizá quien más dudas evidenció fue el popular Fernando Goñi, que dejó en el aire la pregunta de si Villa ya estaba incapacitado «cuando hizo lo que hizo» o esos problemas afloraron cuando se descubrió su fortuna oculta. El resto de portavoces evitó cuestionar un texto que, según Aurelio Martín, de Izquierda Unida, «es más completo que el anterior». No se lo desacreditó, pero tampoco se lo elevó a dogma incuestionable, ni mucho menos.
«Actitud valiente»
Ayer, en la práctica, no se movió ficha. Se decidió esperar a que el lunes se oficialice la ausencia de Villa en la comisión y a escuchar las posibles explicaciones que puedan aportar tanto la esposa como los hijos del ex responsable del SOMA, a los que Martín, por cierto, pidió una actitud «honesta y valiente». Con vistas a esa fecha hay varias opciones sobre la mesa. La más drástica, remitir el asunto a la Fiscalía si pese al aval médico se considerase que la no comparecencia es injustificada, en la medida en que eso supondría un delito de desobediencia. Foro, a través de Esther Landa, puso sobre la mesa la posibilidad de que, en función de lo que se escuche en la Cámara, se solicite un informe pericial. Y el PP no descarta la opción de remitir un cuestionario a Villa para que responda por escrito. Sí hubo una petición expresa de la comisión para que éste o su familia remitan a la Cámara la documentación -ingresos, herencia...- que se le solicitaron y que no ha remitido.
La reunión derivó en una bronca monumental entre el presidente de la comisión, Ignacio Prendes, y el portavoz socialista, Fernando Lastra. Según el primero, todos los grupos apoyaron aparcar la toma de decisiones al lunes salvo el PSOE, que quiso, con el informe médico como justificación, suspender oficialmente la comparecencia de Villa. «Es un mentirosillo que ni sabe hacer su trabajo ni lo quiere hacer y que solo busca contaminar y hacer de esto un circo», replicó Lastra, visiblemente airado y negando que hubiera querido cancelar definitivamente la citación. El choque frontal fue seguido con cierto asombro por el resto de diputados. Esther Landa, por ejemplo, se refirió al «nerviosismo» de Lastra y criticó sus «insoportables salidas de tono».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La hora que separó a una madre y su hijo de morir juntos en Palencia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.