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Javier Fernández, ayer, en un momento del pleno. :: mario rojas
Fernández entona el 'mea culpa' por la ley  de buen gobierno y pide ayuda a la oposición

Fernández entona el 'mea culpa' por la ley de buen gobierno y pide ayuda a la oposición

Asume «en primera persona» los numerosos errores cometidos pero se revuelve contra IU, que había tildado de «sonrojantes» los proyectos del Ejecutivo

ANDRÉS SUÁREZ

Sábado, 28 de febrero 2015, 00:17

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Muchos meses ha tardado el Ejecutivo en admitir que los proyectos de ley de buen gobierno e incompatibilidades de altos cargos y de transparencia que llevó a la Cámara no eran todo lo correctos que deberían. Quien ayer entonó el 'mea culpa', en un ejercicio de autocrítica poco habitual en la política, fue el propio presidente del Principado, Javier Fernández, que asumió «en primera persona» los «fallos» de ambos textos y pidió colaboración a los grupos de la oposición para tratar de sortear los obstáculos y procurar su aprobación en el breve tiempo que resta para el final de la legislatura. Fernández se pronunció en estos términos en respuesta a una pregunta del portavoz de IU, Aurelio Martín, que tildó de «sonrojantes» algunos de los errores contenidos en las iniciativas legislativas.

Es verdad que en esta ocasión Fernández tenía poco margen de maniobra a la hora de articular una defensa. Los servicios jurídicos de la Junta ya elaboraron en su momento dos informes de técnica legislativa, uno para cada texto, adelantados por este periódico y cuyo contenido resultaba demoledor. Había fallos de todo tipo y el letrado mayor tuvo que corregir párrafos enteros de las leyes. Martín esgrimió el criterio jurídico como principal prueba de la «deficiente» elaboración de dos iniciativas que, además, luego han sido objeto de un sinfín de enmiendas por parte de los grupos de la oposición. «Hacer una ley de buen gobierno que colisiona con el Estatuto de Autonomía y con la ley del presidente ya es para nota», remachó en alusión a la posibilidad que abría el borrador inicial de que el jefe del Ejecutivo pudiera ser destituido por sus propios consejeros cuando esa posibilidad solo está en manos del Parlamento. Una de las anomalías más relevantes que ahora se intenta corregir a toda marcha y que está demorando el proceso.

Pese a que IU considera que las dos leyes, y singularmente la de buen gobierno, son insuficientes e imprecisas, Martín reiteró que su formación no obstaculizará su aprobación aunque sí mantendrá un tono crítico, dando a entender que se situará en la abstención. Lo que sí hizo el portavoz, con vehemencia calculada, fue instar al presidente a no trasladar la responsabilidad de lo que suceda con los proyectos a los grupos parlamentarios cuando, recordó, es el Gobierno regional el que los ha impulsado.

Fernández tenía que elegir entre defender unos proyectos sometidos a una dura crítica de expertos, juristas y políticos o admitir que se habían cometido errores y optó por lo segundo. «Los asumo en primera persona porque soy el presidente», dijo, como paso previo a solicitar la «cooperación» de todos los grupos para aprobar unas leyes que, a su juicio, van en la línea correcta de regeneración de la política que demanda la ciudadanía. «Apelo al compromiso de todos para que salgan adelante, estamos a tiempo», recalcó.

Pero tampoco quiso dar al portavoz de IU el placer de una victoria plena y se revolvió contra él. Lo hizo echándole en cara que también su partido cometiera errores a la hora de abordar estas leyes, afeándole que pretendiera regular por esta vía la limitación de mandatos del jefe del Ejecutivo regional cuando debe hacerse a través de la ley del presidente. «Haga usted autocrítica», clamó. Y en relación con la negativa de Martín a asumir la responsabilidad de un hipotético fracaso de ambos proyectos, le invitó a ser «partícipe» de su aprobación y le espetó: «Usted no está aquí puesto por el Ayuntamiento, ni siquiera por el de Gijón». Una alusión a que el parlamentario va a encabezar la lista municipal de IU en la ciudad en los comicios locales de mayo.

El cara a cara con Martín vino precedido del siempre áspero debate con el portavoz de UPyD, Ignacio Prendes, que le había reprochado el «fracaso» de las políticas socialistas para frenar el éxodo de jóvenes asturianos, citando tanto los planes de empleo juvenil como la FP dual como ejemplos de esa gestión errónea. En su réplica, Fernández enmarcó los datos asturianos en el contexto general del país, admitió que no se ha hecho el esfuerzo «necesario y suficiente» y cargó contra Prendes y el «profundo resentimiento político» que muestra hacia el PSOE.

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